19 marzo 2024

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Cientos de fieles, familiares, amigos y veteranos de guerra de Malvinas se congregaron en la basílica de Nuestra Señora de Luján para participar de la ceremonia presidida por el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, en la que la placa traída desde el cementerio de Darwin, en las Malvinas, quedó exhibida en el santuario nacional.

Entre los presentes se destacó la Fanfarria Alto Perú del Regimiento de Granaderos, quien desfiló al compás de la música ante los presentes y también en su ingreso al templo, en una atmósfera de mucha alegría y respeto, puesto que allí, en la casa de nuestra Madre se reunían para celebrar la Eucaristía.

Además de rezar por los héroes caídos, monseñor Olivera hizo lo propio por los veteranos, entre los que se encuentra la figura del jefe del Estado Mayor Conjunto, Bari del Valle Sosa. El prelado también dedicó una especial oración en vísperas de su cumpleaños al papa Francisco, “para que Dios lo siga iluminando, sosteniendo la misión que la Iglesia y Él mismo, le han confiado de conducir a toda la Iglesia”.

En su homilía el obispo señaló: “En el Evangelio hoy, recordamos las palabras de Juan Bautista, quien invitándonos a la conversión, se pregunta, ¿Qué debemos hacer? Una buena pregunta que todos los que nos adherimos a la buena noticia del Reino de Dios debemos formularnos. Los soldados se preguntan, qué debemos hacer, los publicanos se preguntan, qué debemos hacer”, destacó.

“Nosotros también, adhiriéndonos al mensaje de Jesús, deberíamos hacernos siempre este cuestionamiento, qué debemos hacer”, afirmó. “Discernir, buscar, cumplir lo que Dios nos pide, esto debemos hacer”. Y agregó: “Juan Bautista nos invita a preparar el camino a la Navidad, en este tiempo del Adviento, a preparar nuestro corazón, para abrazar no solo con la palabra sino con toda nuestra vida, a ajustar nuestra vida a los mandamientos del Señor”.

Monseñor Olivera, recordó: “Como nos enseñó claramente Su Santidad Francisco en estos últimos tiempos, la guerra no es el camino, debemos trabajar para preservar la paz”. Al respecto, relató: “Yo le digo más de una vez a las Fuerzas Armadas y a las Fuerzas de Seguridad, que esta consigna, la tenemos que grabar en el corazón, puesto que ellos, trabajan, dedican su vida para preservar la paz”.

“La guerra es una situación en la que todos perdemos, aún ganando. Nadie gana en la guerra, los caminos son los del diálogo, del encuentro, del respeto y tenemos que transitar por esas vías”.

Además, el prelado valoró la actitud de quien en Malvinas, tomó la determinación de sepultar, cuidar y rendir honores a nuestro héroes caídos en las islas: “Damos gracias por la feliz iniciativa de quien eligió colocar en las placas que acompañaban las lápidas en Darwin, la leyenda ‹Soldado argentino sólo conocido por Dios›. Nosotros sabemos que en lenguaje bíblico, el conocimiento no es meramente intelectual, sino de intimidad y afecto. La Virgen María, cuando recibe el saludo del ángel, se cuestiona, ‘Cómo podrá ser esto, si yo no he conocido varón’. El conocer bíblico, es un conocer que abarca toda la situación de las personas, no sólo el conocimiento intelectual”, explicó.

“Esta placa que dice, ‹Soldado argentino sólo conocido por Dios›, nos habla del amor de este Dios que ama siempre, que no se distrae de nuestra vida, de esta relación personal con cada uno de nuestros Soldados que entregaron su vida”, señaló el obispo, y consideró que “tener esta placa aquí, en la basílica de Luján, tan significativo santuario para los argentinos, donde María recibe y pone bajo su manto la vida de tantos que vienen a dar gracias, a pedir, a ofrecer, a ponerse bajo su mirada y su amparo, debe madurar una especial conciencia en todos”.

“Que esta placa nos recuerde a todos aquellos soldados, que dieron su vida en las Malvinas, y también represente a todos aquellos veteranos de guerra, cerca de 500, que en la posguerra y por distintos motivos tristes, han muerto también a lo largo de estos años”, enfatizó. Finalmente, animó: “No debemos olvidarlos jamás, nunca debimos olvidar a ellos, que fueron enviados a defender nuestro suelo y nuestra Patria. Deben ser reconocidos siempre, deben ser recuerdo permanente de aquellas cosas que debemos hacer y aquellas otras tantas que no corresponde que hagamos jamás”.

Fuente: Aica