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Sacramentos de la Renovación Carismática: error y confusión


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14/05/2014

Ante la desinformación que hemos observado en varias iglesias de nuestro país, y las prácticas en parroquias de los grupos llamados "renovación carismática católica", queremos compartir esta nota sobre los sacramentos...

Muchas Iglesias de Argentina, en especial en la Ciudad de Buenos Aires, han comenzado a recibir y dar lugar a grupos carismáticos, que en muchos de los casos, se comportan como verdaderas sectas. Reparten panfletos con la anuencia del párroco del lugar, sobre celebración de misas en donde en ellas se podrá recibir el bautismo, comunión y confirmación, con la sola presencia en la misa. Más de un desprevenido dirá "vaya, que tanto papeleo y problemas, hago todo junto en un día y listo". Tres sacramentos en un día, sin haber tomado si quiera un cursillo previo.

Eso prometen los panfletos que por ejemplo, se reparten en la Basílica San José de Flores para los días 12 al 16 de mayo. Ruidos estridentes, rock, manos que van y vienen, gritos y cánticos que hacen de la Iglesia, lugar de oración, en una experiencia de horror y espanto.

Renovación carismática: nacidos del error

Este movimiento nació del protestantismo y tiene su antecedente en sectas heréticas de siglo II. Su origen protestante es completamente congruente con las tesis de Lutero que creía poseer, para sí mismo, la plenitud del Espíritu Santo, misma que negaba al Papa, a los Concilios ecuménicos y a los Obispos, y que, además sostenía el libre examen e interpretación de la Biblia.

Es necesario subrayar que no existe un movimiento carismático “católico” . El movimiento no es católico, sino protestante. No ha nacido en la Iglesia Católica, sino que fue importado a ella desde las sectas pentecostales protestantes, en las cuales nació. Llamarlo católico significaría decir que puede haber un auténtico movimiento carismático católico y un auténtico movimiento carismático protestante, como si el Espíritu Santo pudiera asumir roles diversos según obre en la Iglesia Católica o entre las diversas sectas protestantes.

Aunque durante dos mil años la Iglesia no había conocido ningún Bautismo del Espíritu, y aunque el movimiento provenga de la herejía, el fenómeno se ha extendido como un incendio. ¿Cómo ha podido suceder una cosa así? La respuesta, pensamos, es ante todo esta: el movimiento carismático promete una conversión inmediata y una inmediata santidad. Además es permisivo especialmente desde el punto de vista moral. ¿Quién renunciaría a tan preciosos dones y a tan poco precio?

Para quienes presentan objeciones, tienen una respuesta pronta y aparentemente convincente: “¿por qué pones objeciones? ¿Acaso no ves que muchos sacerdotes, obispos e incluso cardenales y el Papa respaldan el movimiento? Es claro que no hay ningún mal en ello”. Es evidente que el engaño diabólico escondido en el movimiento carismático ofusca a la masa de superficiales que van en busca del éxito clamoroso y de resultados inmediatos, olvidando que el camino de la santidad auténtica y del apostolado eficaz y duradero está hecho de abnegación, silencio, mortificación, humillación, y también de aparentes fracasos: “Si el grano de trigo no cae en tierra y no muere, no produce fruto” (Jn. 12,24).

El carismatismo nació del error y conduce al error, que trae como germen desde su origen, no obstante todos los intentos de reencauzarlo y hacerlo católico. La suma del error con la verdad, sólo produce un nuevo error. Las desviaciones varían en grado e intensidad de una comunidad a otra, como de un individuo a otro. En este movimiento militan muchas personas de muy buena fe que no han advertido sus peligros. Los efectos positivos que se puedan advertir en el carismatismo católico son sólo por lo que conserve o mantenga de católico; lo negativo, viene por aquello que tenga de carismático en su verdadero y original sentido pentecostal protestante. En realidad, el término "carismatismo católico", es profundamente ambiguo y contradictorio. Ojalá que el Espíritu Santo, que es el Espíritu de Verdad, derrame sus dones (Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Ciencia, Piedad y Temor de Dios) sobre sus miembros para que alejados de cualquier aspecto emotivo, tengan la suficiente fuerza para que, con toda sencillez y amor a la Verdad, puedan advertir los peligros de este movimiento y, asimismo, que miren en estas líneas no un ataque a sus personas sino un genuino compromiso con la Verdad y con la caridad que impele a advertir los riesgos que sufren nuestros hermanos. Estas línea van con la mayor simpatía y amor para las personas que militan en este movimiento. Tengamos presente que seremos juzgados no por nuestros supuestos o reales carismas, sino por el amor y la caridad, y que existen muchas y genuinas vías de salvación dentro de la Iglesia. Nuestro Señor Jesucristo dijo que no todo el que diga ¡Señor, Señor! entrará al Reino, sino quien hace la Voluntad de su Padre. La alabanza a Dios sin una verdadera espiritualidad (genuinamente católica) y una auténtica vida cristiana es vana.

Los sacramentos no se reciben por ir una vez a misa

Se debe expresamente dejar en claro que dada la importancia de cada uno de ellos, y lo que significan para los cristianos resulta una obviedad que para poder obtener dichos instrumentos de gracia de Dios hacia nosotros, necesitamos recorrer un camino, y ese camino tiene una meta, que se llega con la preparación y con un corazón preparado para recibir dicha bendición.

No es factible que sin la correcta instrucción y la mera participación cada domingo o varios, podemos acceder a cualquier sacramento si no hay una preparación previa, sea brindada por parte del sacerdote a cargo de tal fin o por un catequista, etc.

Cuando Nuestro Señor Jesucristo se encontraba en este mundo comunicaba normalmente sus gracias espirituales y corporales a través del contacto físico de su persona, esto es, con su viva voz o tocando con su mano, como cuando por ejemplo absolvió a la pecadora (Lc 7, 48) o sanó al leproso y al ciego de nacimiento (Mc 1, 41; Jn 9, 6).

Pero ahora que Jesús ha subido al cielo, ¿cómo podrá estar en contacto con nosotros y comunicarnos su gracia? Lo hace a través de los sacramentos de la Iglesia: en ellos está Él mismo que a través de la persona de su ministro también hoy nos toca, nos sana, nos alimenta y nos consuela.

Acercarse con fe a los sacramentos es encontrarse con Jesús resucitado y vivo, con Él que es nuestro único Salvador.

Los Sacramentos

¿Qué son los sacramentos?
Los sacramentos son los signos e instrumentos de la gracia instituidos por Jesucristo para santificarnos.
¿La moral trata también de los sacramentos?
La moral trata también de los sacramentos en cuanto enseña el modo de recibirlos dignamente y con fruto. De hecho, la gracia que los sacramentos confieren es dada en proporción a las buenas disposiciones de quien los recibe.
¿Cuántos y cuáles son los sacramentos?
Los sacramentos son siete: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden y Matrimonio.
¿Cuáles son los sacramentos de los que se ocupa sobre todo la moral?
Son la Eucaristía y la Penitencia, en cuanto estos dos sacramentos son recibidos con frecuencia y son los medios privilegiados para progresar en la vida cristiana. Sin embargo, también es necesario conocer algo del aspecto moral de los otros sacramentos.
¿Qué es el Bautismo?
El Bautismo es el sacramento que nos hace nacer a la vida de la gracia y nos hace cristianos. Él nos confiere también una señal indeleble, llamada "carácter", que permite el poder recibir válidamente todos los otros sacramentos.
¿Cómo se confiere el bautismo?
El Bautismo se confiere normalmente derramando agua sobre la cabeza del bautizado y pronunciando las palabras: "N., yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". En algunas ocasiones también se realiza el bautismo por inmersión, que era el modo ordinario de la Iglesia primitiva: el catecúmeno es sumergido en la pila bautismal, mientras se pronuncian las palabras rituales.

¿Quién puede bautizar?
Normalmente quien bautiza es el sacerdote o el diácono. Sin embargo, en caso de necesidad, cualquiera, incluso un no cristiano, puede y debe bautizar, con tal que tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia. Estos Bautismos de urgencia se realizan sobre todo en el caso de niños en peligro de muerte.
¿Cuáles son las disposiciones requeridas para recibir el Bautismo?
Un adulto que recibe el bautismo debe tener la intención de recibir el sacramento, la fe y el arrepentimiento, al menos imperfecto, de los propios pecados.
Cuando son bautizados los niños, ¿quiénes son los principales responsables de su educación cristiana?
Son los padres. Ellos deben, con la palabra y con el ejemplo, contribuir al crecimiento espiritual de sus hijos. La Iglesia no concede el Bautismo sin la garantía de este compromiso, porque el Bautismo marca sólo el inicio de la vida cristiana, la cual por su naturaleza de be crecer y desarrollarse.
¿Cuál es el deber del padrino y de la madrina?
Es el de ayudar a los padres en su compromiso de educación cristiana.
¿Qué es la Confirmación?
La confirmación es el sacramento, conferido por el Obispo o por su delegado, que nos hace perfectos cristianos, es decir, cristianos adultos en la fe u capaces de rendir público testimonio de Jesucristo, Nuestro Dios y Señor, muerto y resucitado por nuestra salvación. Es la fuerza del espíritu Santo, recibida en este sacramento, la que nos permite dar testimonio y difundir nuestra fe superando toda vergüenza o temor.


¿Cuáles son las disposiciones requeridas para recibir la confirmación?
Quien recibe la Confirmación, además de estar en gracia de Dios, debe conocer las principales verdades de la fe cristiana y acercarse al sacramento con devoción.
¿Cuál es el deber del padrino o madrina de la Confirmación?
El padrino, o madrina, de la Confirmación debe, con la palabra y con el ejemplo, instruir y ayudar al confirmando en el compromiso de la vida cristiana. Para subrayar la unidad con el Bautismo es bueno que el padrino o la madrina de la Confirmación sean los mismos del bautismo.
¿Qué es el sacramento de la Eucaristía?
La Eucaristía es el sacramento que bajo las especies o apariencias del pan y del vino contiene realmente el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo para alimento espiritual de las almas.


¿Qué efectos produce en nosotros la Santísima Eucaristía?
La Santísima Eucaristía conserva y acrecienta la gracia santificante, borra los pecados veniales y preserva de los mortales, nos une siempre más a Jesucristo, cabeza del Cuerpo místico, y a sus miembros, da consuelo espiritual, sostiene nuestras fuerzas a lo largo de la peregrinación de esta vida, nos hace desear la vida eterna y nos una ya a la Iglesia del cielo, a la Bienaventurada Virgen María y a todos los Santos.
¿Qué se requiere para recibir dignamente la sagrada Comunión?
Para recibir dignamente la Sagrada Comunión se requieren tres cosas: estar en gracia de Dios, saber y pensar en Quién se va a recubrir, estar en ayunas desde al menos un ahora (exceptuada el agua y las medicinas). Los ancianos y enfermos están dispensados del "ayuno eucarístico".
¿El que conciente de estar en pecado mortal ¡puede comulgar después de haber hecho un acto de constricción con el propósito de confesarse más tarde?
Quien es consciente de estar en pecado mortal, aunque esté arrepentido, debe confesarse antes de recibir la Eucaristía, salvo casos excepcionales (grave motivo para acercarse a la comunión unido a la imposibilidad de confesarse).
¿Qué pecado comete el que recibe la Eucaristía en pecado mortal?
Quien recibe la Eucaristía en pecado mortal comete un grave sacrilegio, en cuanto que profana lo que allí hay de más sagrado en medio de nosotros, el cuerpo santísimo de Cristo.
El que está en pecado mortal, y por lo tanto no puede comulgar, ¿debe igualmente ir a Misa los días festivos?
La obligación de asistir a Misa los días festivos es distinta de la de comulgar. Quien no está en las condiciones de comulgar debe participar en la misa y posponer la comunión.
¿Cuándo es obligatoria la comunión?
La comunión es obligatoria cada año en el tiempo pascual, y además en peligro de muerte (viático). Quien no ha comulgado en el tiempo pascual debe hacerlo cuanto antes.
¿Qué es el sacramento de la Penitencia?
El sacramento de la Penitencia, o Reconciliación, o Confesión, es el sacramento instituido por Nuestro Señor Jesucristo para borrar los pecados cometidos después del Bautismo. Es, por consiguiente, el sacramento de nuestra curación espiritual, llamado también sacramento de la conversión, porque realiza sacramentalmente nuestro retorno a los brazos del padre después de que nos hemos alejado con el pecado.
¿Es posible obtener el perdón de los pecados mortales sin la confesión?
Después del Bautismo no es posible obtener el perdón de los pecados mortales sin la Confesión, aunque es posible anticipar el perdón con la contrición perfecta acompañada del propósito de confesarse.
¿Y si después uno de hecho no se confiesa?
Quien se comporta de esta manera comete una falta grave. Pues todos los pecados mortales cometidos después del bautismo deben ser acusados en la Confesión.
¿Qué se requiere para hacer una buena confesión?
Para hacer una buena confesión se necesita: hacer un cuidadoso examen de conciencia, tener dolos de los pecados cometidos y el firme propósito de no cometerlos más (contrición o atrición), decir los otros pecados al sacerdote (confesión), y cumplir la penitencia (satisfacción).
¿Qué es el examen de conciencia?
El examen de conciencia es la diligente búsqueda de los pecados cometidos después de la última Confesión bien hecha.
¿En el examen de conciencia es necesario buscar también el número de los pecados?
De los pecados graves o mortales se necesita buscar también el número, porque cada pecado mortal debe ser acusado en la confesión.
¿Qué es el dolor de los pecados?
El dolor de los pecados es el sincero pesar y la repulsa de los pecados cometidos.
¿De cuántos tipos es el dolor?
El dolor es de dos tipos: dolor perfecto (o contrición) y dolor imperfecto (o atrición).
¿Cuándo se tiene dolor perfecto o contrición?
Se tiene el dolor perfecto o contrición cuando se arrepiente de los propios pecados porque se ha ofendido ha Dios, infinitamente bueno y digno de ser amado: cuando el dolor nace del amor desinteresado a Dios, es decir, de la caridad.
¿Cuándo se tiene el dolor imperfecto o atrición?
Se tiene el dolor imperfecto o atrición cuando el arrepentimiento, en cuanto inspirado por la fe, tiene motivaciones menos nobles: por ejemplo, cuando nace de la consideración del desorden causado por el pecado, o por el temor de la condenación eterna (Infierno) y de las tras penas que el pecador puede recibir.
¿El dolor de los pecados obtiene de inmediato el perdón?
El dolor perfecto unido al propósito de confesarse obtiene inmediatamente el perdón; el dolor imperfecto lo obtiene, por el contrario, sólo en la confesión sacramental.
¿Es necesario arrepentirse de todos los pecados cometidos?
Para la validez de la confesión es suficiente arrepentirse de todos los pecados mortales, mas para el progreso espiritual es necesario arrepentirse también de los pecados veniales.
¿Un verdadero arrepentimiento requiere también el propósito de abandonar el pecado?
El arrepentimiento ciertamente mira hacia el pasado, pero implica necesariamente un empeño hacia el futuro con la firme voluntad de no cometer jamás el pecado.
¿Se puede tener un verdadero arrepentimiento si uno prevé que antes o después recaerá en el pecado?
La previsión del pecado futuro no impiden que se tenga el propósito sincero de no cometerlo más, porque el propósito depende sólo del conocimiento que nosotros tenemos de nuestra debilidad.
¿Qué es la confesión?
La confesión es la manifestación humilde y sincera de los propios pecados sal sacerdote confesor.
¿Qué pecados es obligatorio confesar?
Estamos obligados a confesar todos y cada uno de los pecados graves, o mortales, cometidos después de la última confesión bien hecha.


¿Cuáles son los pecados mortales más frecuentes?
Las faltas objetivamente mortales más frecuentes son (siguiendo el orden de los mandamientos): practicar de cualquier modo la magia; blasfemar; perder la Misa los domingos o en las fiestas de preceptos sin un grave motivo; tratar mal de manera grave a los propios padres o superiores; matar o herir gravemente a una persona inocente; procurar directamente el aborto; buscar el placer sexual es solitario o con otras personas que no sean el propio cónyuge; para los cónyuges, impedir la concepción en el acto conyugal; robar una suma revelante, incluso sustrayéndose en el trabajo; murmurar gravemente del prójimo o calumniarlo; cultivar voluntariamente pensamientos o deseos impuros; faltar gravemente el propio deber; acercarse a la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal; callar voluntariamente un pecado grave en la confesión.
¿Si uno olvida un pecado mortal obtiene igualmente el perdón en la confesión?
Si uno olvida un pecado mortal obtiene igualmente el perdón, pero en la confesión siguiente debe confesar el pecado olvidado.
¿Si uno calla voluntariamente un pecado mortal obtiene el perdón de los otros pecados?
Si uno, por vergüenza o por otros motivos, calla un pecado mortal, no sólo no obtiene ningún perdón, sino que comete un nuevo pecado de sacrilegio, el de profanación de una cosa sagrada.
¿Hay obligación de confesar los pecados veniales?
La confesión de los pecados veniales no es necesaria, pero es muy útil para el progreso de la vida cristiana.
¿El confesor debe dar siempre la absolución?
El confesor debe dar siempre la absolución si el penitente está bien dispuesto, es decir, si está sinceramente arrepentido de todos sus pecados mortales. Si por el contrario, el penitente no está bien dispuesto, no teniendo el dolor o el propósito de enmienda, entonces el confesor no puede y no debe dar la absolución.
¿Qué debe hacer el penitente después de la absolución?

El penitente después de la absolución debe cumplir la penitencia que le ha sido impuesta y reparar los daños que sus pecados hubiesen eventualmente causado al prójimo /por ejemplo, debe restituir lo robado).
¿Cuáles son los efectos del sacramento de la Penitencia?
Son la reconciliación con Dios y con la Iglesia, la recuperación de la gracia santificante, el aumento de las fuerzas espirituales para caminar hacia la perfección, la paz y la serenidad de la conciencia con una vivísima consolación del espíritu.
¿Cómo se puede superar la dificultad que se siente para confesarse?
El que tiene dificultades para confesarse debe considerar que el sacramento de la Penitencia es un don maravillosos que el Señor nos ha dado. En el "tribunal" de la Penitencia el culpable jamás es condenado, sino sólo absuelto. Pues quien se confiesa no se encuentra con un simple hombre, sino con Jesús, el cual, presente en su ministro, como hizo un tiempo con el leproso del Evangelio (Mc 1, 40ss.) también hoy nos toca u nos cura; y, como hizo con la niña que yacía muerta nos toma de la mano repitiendo aquellas palabras: "¡Talita kumi, niña, a ti te digo, levántate!" (Mc 5, 41).
¿La confesión nos ayuda también en el camino de la virtud?
La confesión es un medio extraordinariamente eficaz para progresar en el camino de la perfección. En efecto, además de darnos la gracia "medicinal" propia del sacramento, nos hace ejercitar las virtudes fundamentales de nuestra vida cristiana. La humildad ante todo, que es la base de todo el edificio espiritual, después la fe en Jesús Salvador y en sus méritos infinitos, la esperanza del perdón y de la vida eterna, el amor hacia Dios y hacia el prójimo, la apertura de nuestro corazón a la reconciliación con quien nos ha ofendido. En fin, la sinceridad, la separación del pecado y el deseo sincero de progresar espiritualmente.
¿Qué es la Unción de los enfermos?
La Unción de los enfermos, llamada también Oleo santo, es el sacramento, administrado por el sacerdote, que confiere una gracia especial al cristiano aquejado de cualquier enfermedad grave o de la vejez.
¿Cuáles son las disposiciones requeridas para recibir dignamente este sacramento?
Para recibir dignamente la Unción de los enfermos es necesario estar en estado de gracia, confiar en la virtud del sacramento y en la divina misericordia, y finalmente abandonarse a la voluntad de Dios.


¿Es bueno recibir la Unción de los enfermos cuando se está todavía lúcido de mente?
Es sumamente recomendablemente recibir la Unción de los enfermos cuando se está todavía en la plena posesión de las propias facultades, porque este sacramento, como todos los otros sacramentos, aumenta la gracia en proporción a las buenas disposiciones y al fervor de quien lo recibe.
¿Cuáles son los efectos de la Unción de los enfermos?
En quien recibe con fe y devoción la Unción de los enfermos produce la unión con la pasión de Jesucristo, por el bien del enfermo y de toda la Iglesia, conforta y da la paz, concede el perdón de los pecados en el caso de que el enfermo no hubiese podido obtenerlo con el sacramento de la Penitencia, confiere también la salud del enfermo prepara para el eventual paso a la vida eterna.
¿Cómo se debe ejercer la caridad hacia las personas gravemente enfermas o ancianas?
La caridad cristiana requiere que no se tenga en cuenta solamente el cuerpo, sino también el alma. Quien asiste a los enfermos está por tanto obligado a obrar4 de tal manera que no les falten los consuelos de la fe a aquellos que se encuentran cercanos al momento que decidirá su salvación eterna.
¿Qué es el Orden sagrado?
El Orden sagrado es el sacramento, administrado por el obispo, que confiere los tres grados del ministerio jerárquico de la Iglesia, es decir, que consagra a los obispos, a los sacerdotes y a los diáconos.


¿Es necesario que en la Iglesia haya ministros ordenados?
Es absolutamente necesario, por explícita voluntad de su fundador, que en la Iglesia haya ministros ordenados, a través de los cuales el Señor resucitado continúa obrando la salvación en medio de nosotros. Si no hubiese obispos ni sacerdotes faltaría el sacramento de la confesión y permaneceríamos en nuestros pecados, no se celebraría la Santa Misa y no podríamos recibir la Eucaristía, por tanto, comprometida toda la existencia cristiana.
¿Cuáles son los deberes de los cristianos respecto a los ministros de la Iglesia?
Los cristianos deben a sus ministros sagrados respeto y obediencia, recordando las palabras de Jesús: "El que os escucha, me escucha a mí, el que os desprecia, me desprecia a mí" (Lc 10, 16).
¿Hay otros deberes respecto de la Iglesia?
Los cristianos deben proveer, según sus posibilidades y siguiendo las vías establecidas incluso por la ley civil, al sostenimiento económico de aquéllos que se dedican totalmente a nuestro bien espiritual.
¿Qué es el Matrimonio?
El Matrimonio es el sacramento instituido por Jesucristo que establece una unión santa e indisoluble entre el hombre y la mujer, dándoles la gracia de amarse fielmente y de educar cristianamente a sus hijos.
¿Qué se requiere para contraer válidamente el Matrimonio?
Para contraer válidamente el Matrimonio es necesario estar libres de eventuales impedimentos y manifestar libremente el propio consentimiento delante del asistente designado (habitualmente el párroco) y de dos testigos. Se necesita además estar suficientemente instruido sobre las verdades de la fe y de la moral, en particular sobre las que son las propiedades esenciales del matrimonio.


¿Cuáles son las propiedades esenciales del matrimonio?
Son la unidad, que excluye la poligamia; la indisolubilidad, que excluye el divorcio; y la apertura a la fecundidad, que excluye la voluntad de no engendrar.
¿Qué significa el hecho de que las tres características mencionadas son propiedades esenciales?
Significa que si uno no tiene intención de excluir la bigamia o la poligamia, o no está decidido a permanecer para siempre fiel a su cónyuge excluyendo el divorcio, o si no quiere de ninguna manera tener hijos, no contrae válidamente el matrimonio.
¿Qué se requiere para el matrimonio, además de válido, sea espiritualmente provechosos?
Se requieren que los contrayentes estén en estado de gracia y reciban el sacramento con fe y devoción.
¿La unión sexual es lícita sólo en el matrimonio?
Por ley divina y natural toda unión de tipo sexual es lícita solamente en el matrimonio legítimo entre hombre y mujer. Para los bautizados no existe ningún matrimonio válido que no sea también sacramento.


Aporte preguntas sobre los sacramentos: ACIPRENSA

 

 
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