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08/07/2009

 

China sale a conquistar los polos  

(ANDREA RODÉS - CORRESPONSAL para el Diario Publico.es).- Abrazar el primer rayo de sol en el Ártico". Con este poético nombre, el Gobierno chino tituló un programa que permitió que, por primera vez, diez estudiantes universitarios del país viajaran a la única estación científica china en el Ártico, Río Amarillo, en febrero del año pasado. Es una muestra más de los enormes esfuerzos realizados por Pekín en los últimos 20 años por financiar y promover la investigación científica en las regiones polares.

El país asiático cree que son fundamentales para el estudio del cambio climático, y geopolíticamente estratégicas por su potencial riqueza en recursos energéticos y la posible apertura de nuevas rutas marítimas con el deshielo.

"La investigación polar se ha convertido en una cuestión urgente para China", explica Qu Tanzhou, director de la Administración China para el Ártico y la Antártida, ACAA, organismo que supervisa las expediciones polares del gigante asiático.

En menos de 20 años, China ha abierto tres estaciones científicas en el continente antártico, otra en la isla noruega de Svalbard, en el Ártico, y coordina alrededor de 50 expediciones científicas distintas, que cubren desde el estudio de la meteorología a la geología, el control de satélites y el sistema GPS.

Sin embargo, la prioridad es ahora estudiar el cambio climático, "un fenómeno global que está teniendo un gran impacto sobre China", explica Qu, indicando en el mapamundi que decora su despacho algunas de las zonas de su país más afectadas por el calentamiento global: el sur de China, que sufrió una intensa ola de frío en invierno de 2008, el deshielo de los glaciares en el Himalaya o el aumento de lluvias torrenciales en verano en el interior.

Los expertos creen que los polos son especialmente adecuados para el estudio del calentamiento global, por ser regiones más sensibles a los cambios de clima que otras partes de la Tierra: los cambios de luz más drásticos a lo largo del año, el reflejo de los rayos de sol en las capas de hielo, la falta de precipitaciones y el influjo de corrientes de agua de los ríos o del deshielo son aspectos que pueden acelerar el efecto del cambio climático en los polos.

Las capas de hielo acumuladas durante millones de años también permiten estudiar los cambios en el clima del planeta a lo largo de la historia. Los científicos chinos destacan especialmente en el campo de glaciología y el ice-coring (investigación de muestras cilíndricas de hielo obtenidas mediante la perforación de glaciares), explica Hartwig Gernandt, director de operaciones logísticas del Instituto de Investigación Polar y Marítima Alfred Wegener, en Bremerhaven (Alemania).

Gernandt se encarga de supervisar la logística de todos los proyectos de investigación a bordo del Polarstern, rompehielos alemán en la Antártida en el que participan científicos de varios países, China incluida.
Programas de investigación

"La cooperación internacional en temas de logística es básica para ahorrar costes en cada expedición", dice Gernandt. EEUU sigue siendo el país líder en programas de investigación polar. Su presupuesto para este tipo de programas polares alcanzará este año los 640 millones de dólares (460 millones de euros), y aún está muy por encima del de China, que este año dispone de un presupuesto anual para operaciones en el Ártico y la Antártida de 100 millones de yuan (unos 10,5 millones de euros), más del triple que hace ocho años.

Pero China no está dispuesta a quedarse atrás. El pasado febrero, la inauguración de su tercera base científica en la cima de la Cúpula A, en la Antártida, despertó la admiración de la comunidad internacional porque se trata del punto más alto, frío y remoto del continente. "La base Kunlun va en camino de convertirse en uno de los centros de investigación más prometedores en la paleoclimatología, las ciencias atmosféricas y la astronomía", según la prestigiosa revista Science Poles. "No hay duda de que se trata de la mayor aportación de China hasta hoy", concluye Gernandt.

La apuesta de China y Alemania países que no limitan con el Ártico por la investigación polar refleja la importancia que ambos países dan al cambio climático. "La misión de nuestros científicos es entender qué porcentaje del cambio climático es consecuencia de la acción humana y de la emisión de gases al aire, y cuál es, mientras tanto, provocado por un proceso natural", explica Qu. China sobrepasó a EEUU y es hoy el mayor país emisor de CO2, pero tampoco ha aceptado ningún tipo de cuotas a sus emisiones.

"La clave es descubrir las causas del cambio climático para lograr frenarlo o saber cómo enfrentarnos a sus consecuencias", añade Qu. Algunos estudios calculan que el 50% de la capa de hielo sobre el Ártico ha desaparecido en los últimos dos veranos, y prevén el deshielo total del casquete en 2013, amenazando con dejar sumergidas ciudades como Shangai en un futuro próximo.

Por otro lado, el rápido deshielo permitiría abrir nuevas rutas marítimas, una posibilidad que permitirá a China acortar la distancia de sus exportaciones a Europa y EEUU. Sin embargo, aún no se ha aprobado una ley que regule las aguas de esta zona, y los miembros del llamado Consejo Ártico Canadá, EEUU, Rusia, Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia y Dinamarca (incluyendo Groenlandia y las islas Feroe) mantienen posiciones divergentes. Canadá, por ejemplo, sostiene que son aguas territoriales y EEUU defiende que son internacionales.

La importancia estratégica del Ártico también ha aumentado ante la posible existencia de recursos energéticos. Suecia quiere aprovechar la presidencia europea para insistir en la integración de Islandia en la UE y conseguir un papel más influyente de esta en los asuntos del Ártico, "que ya son una prioridad para Rusia, Canadá y EEUU", según declaraciones recientes del ministro sueco de Asuntos Exteriores.

Suecia también quiere que la UE sea admitida como miembro "observador" en el Consejo Ártico, un estatus que mantienen China y Alemania. Sin embargo, hasta ahora la candidatura ha sido rechazada.

El poder chino

Antártida

Tres estaciones científicas: Gran Muralla, Zhongshan y Kunlun (2009).
214 personas participaron en 44 expediciones científicas distintas en 2008.
Expediciones relacionadas con la meteorología y la ingeniería de telecomunicaciones (control de satélites GPS, física-atmosférica, proyectos geomagnéticos...).

Ártico

Estación Río Amarillo, en la isla noruega de Svalbard.
63 personas en 11 proyectos científicos distintos.
Tercera expedición al Ártico en 2008: 60 científicos (11 de ellos, extranjeros).

Control medioambiental, climatología, glaciología, bioecología y estudios físico atmosféricos, entre otros).

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