Fuente: La Gaceta 05/06/07

 

En el fondo del mar argentino se oculta un peligro nuclear  

El destructor británico Sheffield, hundido durante la guerra de Malvinas, habría llevado a bordo ojivas nucleares. Más de dos décadas después, las organizaciones ecologistas exigen saber si el cargamento fue recuperado o si continúa bajo el océano. La que sigue es la historia de un engaño.

En mayo de 1982 nuestro país y el Reino Unido combatían por Malvinas. Después de varias semanas de pólvora, los últimos bastiones de la resistencia argentina lograban hundir al destructor británico HMS Sheffield. Pero horas después de que el navío fuera alcanzado por un misil, el júbilo dio paso a la incertidumbre. Greenpeace acababa de denunciar la presencia de armas nucleares a bordo.

Pese a que por aquel entonces la información fue categóricamente desmentida por el Ministerio de Defensa británico, el tiempo terminó dándole la razón a la organización ecologista. El 5 de diciembre de 2003, Gran Bretaña admitió por primera vez que algunos de sus barcos habían zarpado con cargas atómicas, aunque aseguró que jamás ingresó con ojivas a las aguas argentinas.

Sin embargo, un reporte de la Agencia Internacional de Energía Atómica de 1991 confirma la presencia de tal armamento. Además, y para confirmar las sospechas, el Sheffield fue el único barco naufragado al cual se le realizaron operaciones de rescate por parte de un equipo especializado de buceo, cuya misión era la recuperación de “material estratégico”.

Desde entonces, Greenpeace exige saber si había o no armas nucleares y, de ser afirmativo, si éstas lograron ser rescatadas o si permanecen en las profundidades. Recientemente, el movimiento ambientalista reiteró su reclamo durante una campaña internacional de desarme.

“Es muy difícil creer que no había armas en el crucero. Todos los movimientos que se realizaron en el puerto de Portsmouth durante la guerra de Malvinas fueron monitoreados y sabemos que el Sheffield fue cargado con un arsenal”, sostienen desde Greenpeace.

Aunque el Reino Unido dejó entre los años ´80 y ´90 de desplegar armas atómicas en su flota naval -gracias a la campaña Mares Libres de Armas nucleares, una coalición de organizaciones pacifistas- es incierto el destino de la carga del Sheffield. ¿Fue recuperada o continúa bajo el mar argentino?

Las armas nucleares no pertenecen a la tierra, pero mucho menos a los mares. La presencia de misiles en los océanos representa un terrible riesgo de contaminación suboceánica y se desconoce si esa basura radiactiva en el medio ambiente marino conlleva riesgos mayores. Por ello, las redes de vigilancia, los ecologistas y numerosas entidades civiles continúan reclamando el esclarecimiento definitivo del caso.


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