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13/10/2010

 

Pesqueros ilegales chinos podrán usar puertos argentinos  

Solo pasa en Argentina. Los pesqueros chinos que trabajan en la milla 201, saqueando los recursos pesqueros, podrán utilizar los puertos nacionales.

El sitio web de la Fundación Nuestro Mar confirma los dichos del titular de Pesca de la Nación, Norberto Yauhar. Con esta decisión se produce algo insólito: los pesqueros ilegales chinos de la milla 201 podrán utilizar los puertos argentinos. Es decir, el saqueador de nuestros recursos, no solo no será detenido por el ilícito, sino que gozará de iguales derechos de los pesqueros que trabajan con los permisos pertinentes.

Finalmente, la peor de las presunciones parece haberse confirmado en relación con el acuerdo de cooperación pesquera establecido entre los gobiernos de Argentina y China.

(Fundación Nuestro Mar).- En efecto, durante una exposición que el titular de Pesca de la Nación, Norberto Yauhar, efectuara días atrás ante la Comisión de Intereses Marítimos y Pesca de la Cámara de Diputados, se confirmó la decisión del gobierno nacional de permitir que los barcos chinos que operan en la zona adyacente a nuestra ZEE, ingresen a puertos argentinos para efectuar descarga, reparaciones y otras actividades logísticas.

Con posterioridad al mencionado encuentro, Yauhar formuló declaraciones que fueron difundidas por varios medios de prensa. Tal como ha sido su costumbre en relación con este tema, el funcionario eludió referirse a los cuestionamientos serios y significativos que esta medida ha merecido. Prefirió en cambio desgranar un catálogo de aclaraciones que no vienen al caso –como la destinada a explicar que no se les permitirá pescar dentro de nuestras aguas jurisdiccionales-, y de otros anuncios triviales sobre el establecimiento de horarios, corredores y custodias para el ingreso de las unidades chinas, todos ellos innecesarios por cierto.

Los serios cuestionamientos, no se refieren a la pesca “dentro” de la zona económica exclusiva (ZEE), sino a la pesca descontrolada que realizan los pesqueros chinos sobre un recurso transzonal en el área de la alta mar adyacente a la ZEE, coloquialmente denominada “La Milla 201”. El Señor Subsecretario y los funcionarios y empresarios que apoyan este acuerdo saben muy bien de qué se trata, aunque eludan prolijamente referirse al punto.

Trataremos de explicarlo resumidamente, y a riesgo de algunas imprecisiones, para aquellos lectores no familiarizados del todo con el tema:

El calamar illex es una de las tres especias comerciales más importantes en la pesquería argentina. Se trata de un molusco cuyo ciclo completo de vida se produce en un período cercano a un año. La “ventana” para proceder a su captura es por tanto relativamente breve, y debe ser cuidadosamente controlada, para asegurar que comience cuando los ejemplares hayan alcanzado un tamaño adecuado, y finalice antes de que se vea afectado el volumen mínimo de escape de desovantes requerido para garantizar el mantenimiento del recurso.

La distribución espacial de las distintas subpoblaciones de calamar en el caladero, incluye tanto las aguas de la ZEE, como las que van más allá de ésta, característica que la convierte en lo que algunos denominan una especie “transzonal”.

De acuerdo con el Derecho Internacional del Mar, los estados ribereños tienen derechos de soberanía sobre la explotación de los recursos pesqueros, dentro de sus zonas económicas exclusivas. Consecuentemente y con el objeto de optimizar la pesca de la especie y garantizar su carácter sustentable, el gobierno argentino establece cada año las regulaciones y condiciones de explotación dentro de la ZEE (quiénes, cuándo, cuánto, cómo, etc), y procede a su control.

Por otro parte, el mismo Derecho del Mar establece que en las áreas que están más allá de las zonas económicas exclusivas, es decir en la “alta mar”, existe la libertad de pesca. Esto permite que Estados que practican la “pesca a distancia”, como China, envíen su flota pesquera al otro lado del mundo para operar sobre el calamar en el área adyacente a nuestra ZEE. No obstante, el Derecho del Mar considera explícitamente este tipo de situaciones, y establece que ante su ocurrencia, el Estado ribereño y los Estados que pesquen esas poblaciones en el área adyacente, deben acordar medidas para la conservación de esas poblaciones en ese espacio (el área adyacente).

En otras palabras, China –y los otros estados que pescan en la milla 201-, deberían acordar con la Argentina anualmente, medidas regulatorias y de control precisas, para el ejercicio de su pesca en el área adyacente.

Pero China no ha mostrado ningún interés en acordar con Argentina medidas de conservación del calamar en el área adyacente, y durante todos estos años ha estado pescando virtualmente a su antojo, sin coordinación ni información alguna con el estado ribereño. Unilateralmente, la flota china establece cuándo, cuánto y cómo captura calamar en el área adyacente, sin prestar atención alguna al Estado ribereño, la Argentina, ni a su normativa.

Por ese motivo, la Argentina denunció tradicionalmente la actitud de estas flotas predadoras, y se negó también a facilitarles la asistencia logística en los puertos locales, lo que obligó a los buques chinos a buscar puertos más alejados de su zona de captura enfrentando, consecuentemente, mayores costos en su explotación.

Y es esta precisamente, la restricción que el gobierno acaba de levantar a los pesqueros chinos, sin que éstos se hayan comprometido previa y formalmente a aceptar y adoptar medidas conjuntas de conservación sobre el calamar illex en el área adyacente.

La razón invocada por el Subsecretario es que “esto le vendrá a dar un trabajo importante a los puertos nacionales”, poniendo como ejemplo al caso de Mar del Plata “donde hay varios astilleros que les permitiría incrementar su actividad con estos barcos, y generaría un movimiento económico adicional”. El funcionario aclaró también que la medida fue pedida por algunas provincias e intendentes.

Y así, lo que hasta ayer constituía una política de rechazo hacia la pesca predatoria de recursos naturales de interés nacional, es revertida –como por arte de magia- para dar paso a una buena oportunidad de negocios para algunos puertos y astilleros. Y todo ello -claro-, respondiendo a una suerte de “clamor popular” en favor del ingreso de los poteros de la milla 201, esos buenos clientes tan injustamente maltratados en el pasado…


“No hagan olas”
La confirmación oficial de este aspecto del acuerdo, ha sido recibida hasta aquí, en silencio. Un silencio especialmente penoso por parte de quienes hasta no hace mucho tiempo expresaban su oposición a este tipo de medidas, y de aquellos que se consideraban incluso damnificados por las prácticas de la flota potera china en el área adyacente a la ZEE.

Las empresas pesqueras, en especial las dedicadas a la captura de calamar, no se han expresado y las cámaras representativas han guardado un llamativo silencio. Por el contrario, parecen haber aceptado la “reprimenda” del señor Subsecretario de Pesca, para quien los empresarios argentinos no se arriesgan a ir a pescar fuera de la Zona Económica Exclusiva.

Al mismo tiempo, y a juzgar por los dichos no desmentidos de Yauhar, los empresarios parecen haber entendido que esta flota potera china NO compite con la flota argentina. En buen romance, habría quedado claro para el empresariado pesquero nacional, que los documentos firmados y presentados oportunamente por CAPECA, CAPA y CEPA advirtiendo que para ir a pescar fuera de la milla 201 hay que tener iguales condiciones que los barcos extranjeros que allí lo hacen, y que los bajos precios a los cuales venden su calamar los chinos termina perjudicando al sector potero nacional, carecieron de sustento y argumentos válidos.

Resulta igualmente sorprendente que las organizaciones sindicales que representan al personal embarcado, siempre tan combativas y defensoras de las fuentes de trabajo en los barcos pesqueros y de los derechos de los trabajadores hayan permanecido calladas ante semejante cambio de política.

Próximos pasos
De acuerdo con lo trascendido, durante el corriente mes llegará al país una delegación técnica de un organismo equivalente a la Subsecretaría de Pesca para definir los aspectos metodológicos de la aplicación del convenio firmado entre ambos países.

Según lo informado por el Subsecretario, el Consejo Federal Pesquero tendrá la potestad de determinar qué puertos estarán habilitados para el ingreso de buques pesqueros de bandera china para realizar tareas de descarga, reparaciones y abastecimiento.

Autoridades de algunos puertos patagónicos han expresado entusiasmo por la posible inyección de ocupación que el ingreso de estos pesqueros chinos proporcionaría a sus alicaídas terminales.

Considerando que a los efectos de este tipo de operaciones, existen sustanciales diferencias de costos a favor de Mar del Plata - un 75 % de los desembarques de pescado de la flota nacional se están efectuando actualmente en ese puerto-, vale la pena preguntarse si los pesqueros chinos estarán dispuestos a pagar el doble de tales costos por operar en puertos patagónicos.

Finalmente, creemos importante destacar, que nada en este artículo de opinión, se opone en absoluto al desarrollo de mejores y más estrechas relaciones de amistad y cooperación con China en materia de pesca. Pero estas relaciones no deberían labrarse concediendo y aceptando el mantenimiento de situaciones social y ambientalmente inaceptables para el conjunto, a cambio de una circunstancial y concentrada ventaja económica.

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