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Cientos de personas en la Catedral repudiaron profanación  

Según La Nación asisiteorn 500. Según la agencia Notiar eran 1500. Para repudiar los hechos del 29 de enero pasado protagonizados por Hebe de Bonafini. Grave. La Iglesia se opuso a la concentración de sus fieles...

De agencia NOTIAR:

1.500 personas colmaron la Catedral Metropolitana en su desagravio

Autoconvocados por cadenas de mails (lo que demuestra el poder de Internet) y de medios electrónicos como NOTIAR que difundieron la cita de honor en repudio a los actos de vandalismo realizados por representantes de la madre putativa de Néstor y Cristina Kirchner, Hebe de Bonafini, el 29 de enero, ayer un millar y medio de católicos se dieron cita para desagraviar a nuestra Catedral Metropolitana a rezar el Santo Rosario.

El último viernes de febrero, con calor agobiante y lluvias amenazantes no fueron óbice para que católicos de todas las ideologías políticas se unieran en la FE.

Entre ellos pudimos divisar al ex Diputado porteño Jorge Enríquez, al Dr. Agustín Monteverde, al Dr. Cosme Becar Varela, al Tte. Cnel. Emilio Nani (veterano de guerra de La tablada y Malvinas), y al director de SEPRIN, Héctor Alderete entre otros.

En cambio, pese a la búsqueda, no pudimos divisar a ningún miembro representativo del Gobierno de la Ciudad y menos aún del desgobierno nacional.

Del diario "La Nación":

Acto de desagravio a la Catedral, sin el apoyo de la Iglesia

Un joven abrió un libro y comenzó a leer, en voz alta, frente a la gente: "¡Dulcísimo Jesús, cuyo amor a los hombres ha recibido, en pago de los ingratos, olvido, negligencia y menosprecio!".

Unos 500 asistentes reaccionaron sorprendidos, después asintieron y, al final, escucharon completo el extenso discurso elegido por el joven, un acto de reparación escrito por el papa Pío XI.

Apenas habían pasado las 18.30 de ayer y comenzaba en la Catedral Metropolitana un controvertido encuentro organizado por grupos católicos para "desagraviar el templo" y "repudiar" lo que consideran "un acto de profanación" de las Madres de Plaza de Mayo. Era el final anunciado de una curiosa historia atiborrada de debates, desmentidas y acusaciones cruzadas.

Hace un mes, el 29 de enero, encabezadas por Hebe de Bonafini, las Madres de Plaza de Mayo protestaron en la Catedral para que el gobierno porteño liberara fondos destinados a la construcción de viviendas en la Villa 20 de Lugano.

Mientras esperaban el resultado de las negociaciones, Bonafini dijo: "Nos vamos a quedar hasta que Macri devuelva el dinero que no le corresponde. Nos clausuraron los baños de la Catedral y tuvimos que improvisar uno detrás del altar".

La declaración, días después, provocó la ira de organizaciones católicas. Tanta, que en medio de críticas a la Casa Rosada y a la pasividad policial, y de acusaciones a las Madres, decidieron organizar un "acto de desagravio" ante "semejante profanación".

Al principio, la cúpula eclesiástica guardó silencio. Luego hizo pública una desmentida. "Las Madres permanecieron en el templo por seis horas y no realizaron ningún acto que amerite la calificación de profanación", aseguró oficialmente el Arzobispado. Fuentes eclesiásticas, en estricto off the record , señalaron además estar en "desacuerdo" con la convocatoria de ayer.

Entre los grupos movilizados tomaron la posición como una afrenta. "Si ellos no defienden el templo, lo vamos a defender nosotros", repitieron. Y dijeron estar "indignados" por "el piquete" de las Madres.

Los manifestantes, sin embargo, ayer repitieron todo el tiempo no tener motivaciones ideológicas. "¡Esta es sólo una movilización católica!", dijo a LA NACION Angela Catoira, una indignada jubilada docente. A su lado, las señoras que la acompañaban asentían convencidas. Cerca de ellas protestaba otro asistente al encuentro, Gustavo Breide Obeid: "¡Vinimos a rezar porque hubo una ocupación, porque profanaron un templo!".

LA NACION ayer habló con Bonafini para que diera su versión. "Esa marcha es todo basura", dijo. Después, enojada, cortó en seco la conversación: "Pero no quiero hablar, porque después tergiversan lo que digo".

Mientras tanto, a las 19.30 de ayer, los militantes católicos seguían rezando como forma de "repudio", mientras en la Catedral esperaban su salida para cerrar las puertas. Ahora, aseguran que irán por más: el sábado 8 del mes próximo harán otro reclamo como el de ayer, y en plena misa.

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