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Fuente: Perfil
21/05/08

 

El presidente de la pastoral social desmiente la disminución de la pobreza  
“Nuestra percepción es que en estos momentos está aumentando la pobreza. En nuestras Cáritas parroquiales la gente pide más alimentos que antes”. Monseñor Jorge Casaretto, presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y una de las voces de la Iglesia católica más respetadas, contradijo así a la presidenta Cristina Fernández, quien la semana pasada anunció una baja del índice de pobreza del INDEC del 23,4 a 20,7 por ciento. Los informes de la Iglesia señalan que la pobreza subió al 30 por ciento, en línea con las estimaciones de las consultoras privadas. La diferencia no es menor: las cifras del INDEC esconden casi tres millones de pobres en Argentina.

El dato que adelantó la Presidenta será oficializado este viernes, casualmente dos días antes del 25 de mayo, la fecha que el Gobierno imaginaba como una suerte de relanzamiento de gestión. Como publicó Crítica de la Argentina a fines de abril, los índices de pobreza desaparecieron de la grilla del INDEC desde el primer semestre de 2007, cuando la inflación empezó a comerse el poder de compra de los asalariados y las mejoras sociales de los últimos años comenzaron a revertirse. Entonces, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, desplazó a la titular de la Encuesta de Hogares del INDEC, la encargada de las mediciones de pobreza, quien se negó a publicar estadísticas sociales sobre la base de los índices de precios truchos de Moreno. El 21 de marzo pasado estaba pautada la difusión de las cifras de pobreza del segundo semestre del 2007, pero el número nunca vio la luz y los números quedaron en el olvido hasta que la Presidenta los recordó la semana pasada.

Las declaraciones de Casaretto coinciden con los estudios privados que señalan un empeoramiento de los indicadores sociales y que, como anticipó este diario, calculan que en la Argentina hay hoy unos 11,8 millones de pobres, contra los números del INDEC que hablan de menos de 9 millones. El obispo basó sus dichos en un estudio del Observatorio de la Deuda Social, realizado por el Departamento de Investigación Institucional de la Universidad Católica (UCA).

“Ellos siguen de cerca el punto de vista de las estadísticas (en alusión al informe de la UCA), pero además, nosotros tenemos otro índice que son nuestras Cáritas parroquiales y ellas nos dicen que vuelve la gente para pedir alimentos más que antes. Esa percepción nos dice que está aumentando la pobreza”, explicó Casaretto.

El sociólogo Agustín Salvia, director del Observatorio de la UCA e investigador del Conicet, dijo a Crítica de la Argentina que entre 2006 y 2007 la pobreza creció de 25 a 30 por ciento, diez puntos porcentuales arriba de las cifras oficiales. Salvia atribuyó el empeoramiento de los indicadores “al efecto inflacionario” sobre la base de datos de la entidad que dirige. En el período, “la canasta básica de servicios y alimentos que se utiliza para calcular la pobreza aumentó entre 30 y 35 por ciento”, agregó.

Para el Gobierno, la canasta de pobreza costaba en abril 978 pesos, mientras que para el Observatorio el valor actual es más cercano a 1.400 pesos. “El aumento de la pobreza tiene que ver con el encarecimiento de los precios pero también con el mercado laboral, que entre 2006 y 2007 no fue tan elástico como en los años anteriores, es decir que no creó tantos empleos por cada punto de crecimiento de la economía. En ese período se estancó el nivel de crecimiento del empleo y también la creación de puestos de trabajo de calidad, que son aquellos cuyos ingresos permiten compensar las pérdidas de poder adquisitivo por la inflación”, dijo el especialista.

Más allá de las estadísticas, referentes de movimientos sociales coincidieron en un agravamiento de la pobreza. Cielo Escalada, directora del comedor “La Buena Voluntad”, de Ciudad Oculta, confirmó que en los últimos meses creció “más de un 20%” la gente que acude a pedir asistencia. “Antes venían 200 personas por día y desde hace dos meses, 300 personas. Del centro de salud las mandan a pedir leche y siempre decimos que no tenemos más cupo, pero que vengan en forma provisoria, hasta que mejore su situación. Pero terminan incorporándose. No nos da el corazón para decirles que no. Les cuesta más comprar la comida y hablan diariamente del costo. El aceite, la leche, el pan y la carne, lo mencionan mucho. Y, especialmente, están llegando muchos viejitos”.

El coordinador del Centro de Derechos Humanos Nelson Mandela, Rolando Núñez, dijo que en Chaco, entre abril de 2007 y el mismo mes de este año “la inflación fue del 31%, la más alta reconocida por la provincia”, lo que se agrava si se tiene en cuenta que se trata del distrito con los salarios más bajos de la Argentina, con un promedio de 800 pesos.

“El pronóstico es bravo. Hay mucho clientelismo político pero se ve más gente pidiendo porque se triplicaron los asentamientos. Se siente el impacto de los aumentos. La pobreza tiene un gran volumen, es muy sólida y es muy dinámica. Y está tomando más gente”, añadió Núñez, quien sostuvo que “46% de la población de la provincia está por debajo de la línea de la pobreza, y 23%, de la indigencia”. Más cuidadosa es la opinión de Juan Carr, presidente de la Red Solidaria. “Hay lugares donde se vuelve a pedir más. En la Red Solidaria todavía no tenemos más llamados. Quiero ser responsable en esto. La situación es complicada, pero todavía no tenemos un aluvión. Ahora, si la canasta básica aumenta, sabemos entonces que hay gente que cayó en la pobreza”.

Una reunión secreta con los dirigentes del campo

Antes de desmentir los números oficiales sobre la pobreza, Jorge Casaretto recibió en secreto a los dirigentes más conservadores del lock out ruralista. La audiencia fue el domingo a la tarde en su oficina del Obispado de San Isidro. Asistieron Luciano Miguens y Hugo Biolcati por la Sociedad Rural y Fernando Gioino por Coninagro, junto a dos acompañantes más.

Horas después, el lunes, la Conferencia Episcopal que preside el cardenal Jorge Bergoglio imploró al Señor “que ilumine a los actores involucrados para que se llegue a un acuerdo justo y pacífico”. Lo hizo en un comunicado que llamaba a un entendimiento “necesario y urgente” entre las partes. Los ruralistas tienen trato con Casaretto por la Pastoral Social, que integran junto a empresarios de otros rubros y jerarcas sindicales. Pero se cuidaron de hacer público el encuentro, que habían pedido el viernes a última hora. El obispo los recibió con café y masas junto a Eduardo Serantes, de la Comisión de Justicia y Paz.

Después de la cita, dirigentes del interior empezaron a pedir por radio la “mediación” de la Iglesia en el conflicto, que el Gobierno descartó por situarlo en pie de igualdad con las entidades. Mientras sus colegas visitaban a Casaretto, el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, posaba de rodillas en San Nicolás en una misa que ofició el cura local. No estaba invitado. Mario Llambías, de CRA, se había ido a recorrer varios piquetes de Santa Fe y prefirió descansar en su General Villegas natal.

El conurbano

Los intendentes del conurbano dicen que todavía no han recibido un aumento en la demanda de planes sociales. El intendente de Tigre, Sergio Massa, recibió con preocupación los datos del aumento de la mortalidad infantil que en su distrito (gobierna desde diciembre de 2007) creció de 12,1 por mil en 2006 a 16,4 en 2007. Luis Acuña, jefe comunal de Hurlingham, estima que la pobreza puede haber aumentado tres puntos. “Notamos un incremento en la demanda de medicamentos y de consultas en el hospital municipal”.

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