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24/10/07

 

Suspenden maniobras militares por inactividad del Congreso de la Nación  

Hace meses el Congreso brilla por su ausencia y no se aprueba una simple ley. La parálisis del Poder Ejecutivo y del Parlamento por la campaña electoral dejó al país sin maniobras militares con los socios del Mercosur y demás países de la región. Como no se trató el proyecto de ley que autoriza la entrada de tropas extranjeras y la salida de las nacionales quedaron sin efecto todas las ejercitaciones combinadas del último semestre de este año.

De AmbitoWeb:

Es improbable que los países participantes acepten una reprogramación, sus efectivos tienen su propia agenda de adiestramiento. Se diría que la ministra Nilda Garré, jefa castrense, desaprobó una de sus misiones básicas: la preparación y empleo del instrumento militar.

El Ejército no se entrenará con sus pares de Brasil en maniobras denominadas Saci VI que se iban a desarrollar en Río de Janeiro, tampoco en las Duende, diseñadas para operaciones aerotransportadas, ni lo hará con ejércitos de Chile, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Paraguay y Venezuela, según lo planificado para el Integración I.

La Fuerza Aérea pierde el adiestramiento en control de vuelos ilegales (Río 2007) y en operaciones de reabastecimiento (Tanque 2007) con sus pares de Uruguay y también de búsqueda y rescate (Andes 2007) con la fuerza aérea de Chile. La Armada bajó las siguientes maniobras navales: Acrux III con las marinas de Uruguay, Brasil, Bolivia y Paraguay, Fraterno XXVI con Brasil, y Viekaren IX e Integración 2007 con la Armada de Chile. El proyecto de ley llegó al Senado el 2 de octubre pasado y no pasó de la mesa de entradas.

Y eso que la presidenta de la Comisión de Defensa de la Cámara alta, Marita Perceval, es una de las candidatas a suceder a Garré. La Ley marco Nº 25.880 sancionada en 2004 pretendió solucionar los problemas de la mora en la aprobación de los ejercicios. El meollo de aquella norma es que se listan todos los ejercicios del año y se remite al Congreso con suficiente tiempo para que el proyecto de ley recorra las comisiones y se debata sin poner en riesgo las fechas de inicio programadas para cada uno de los ejercicios. Claro, el sistema funciona siempre que cada pieza -el Ejecutivo y el Congreso- hagan su trabajo a tiempo. No sucedió así.

La campaña electoral tiene al Presidente como puntero privilegiado de la candidata Cristina de Kirchner y a buena parte de los legisladores -Alberto Balestrini, presidente de la Cámara baja, entre otros inmersos en la captura de votos, además de su aspiración a cargos en distritos provinciales. Defensa, por su parte, está en el frenesí previo al recambio de su mandamás con los resortes burocráticos adormecidos.

Estos ejercicios constituyen una actividad normal orientada a la preparación de las fuerzas militares para escenarios de guerra, de ayuda humanitaria o de integración de fuerzas multinacionales de paz. Son necesarios para el adiestramiento y el desarrollo de doctrinas y operaciones comunes con otros países.

Las operaciones con tropas en el terreno, aviones y buques no pueden ser reemplazadas por la ficción de una «mesa de arena» o el mejor de los simuladores tácticos computarizados. Como es el parecer del subsecretario de Planificación Logística, Gustavo Sibilla, para quien los militares en el exterior sólo gastan recursos innecesarios.

• Liderazgo

Entidades dedicadas a medir el balance de armamento en la región como el Instituto Estratégico de Londres o Latinbarómetro, observan que Chile, Brasil, Perú, Venezuela y Colombia lideran las importaciones de sistemas de armas, mientras que la Argentina es cabeza de la lista de países con reducidos gastos de reequipamiento, la siguen Ecuador, Bolivia, Uruguay y Paraguay. El dato importa, ya que en ausencia de «fierros», el único elemento que garantizaría un cierto equilibrio militar cualitativo del país con sus socios regionales es la construcción de alianzas subregionales. Tales como la Fuerza Binacional Cruz del Sur con Chile. Eso requiere un mínimo de interoperatividad entre uniformados de ambos países que se logra a través de ejercitaciones conjuntas como las que se acaban de cancelar. La ventaja de completar cada año la agenda de maniobras rindió sus frutos al momento de integrar la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (Minustah).

Luego de años compartiendo ejercicios como el Fraterno (con la Armada de Brasil), Duende y Saci (con el ejército brasileño), Plata (con la fuerza aérea brasileña), Integración (con la marina chilena), Acrux (con las Armadas de Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia), se pudo armar un Estado Mayor y una fuerza de tareas de Cascos Azules en Haití. Experiencia única, liderada por Brasil junto a la Argentina y Chile.

El mensaje del gobierno al Uruguay sobre la cancelación del Acrux III, debido a la inconveniencia de ejecutarlo en aguas cercanas a la pastera Botnia, no hizo más que regionalizar el conflicto. No era necesario la escalada contaminando maniobras militares que, contrario sensu, persiguen el objetivo político de aumentar la confianza mutua en los socios del Mercosur.

¿Es posible que el canciller Jorge Taiana haya decidido desdoblar el enfrentamiento diplomático llevándolo al plano militar? Hubiera sido más sensato admitir la falta de gestión del Ministerio de Defensa -como en realidad sucedió- que no logró sacar a tiempo el proyecto de ley que autorizaba el ingreso y egreso de tropas. Se involucró a Brasil y a Paraguay, también participantes de las maniobras en el río Uruguay, sin que se les diera lugar a una opinión. Esta era la primera operación Acrux dirigida por la Armada uruguaya. Las ediciones anteriores, 2001 y 2005, fueron organizadas por Brasil y la Argentina respectivamente.

Por Edgardo Aguilera

 

 

 

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