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23/07/08

Ya les resta menos por pedalear. Lo más extenso del trecho quedó atrás cuando dejaron a sus espaldas Lobos, Saladillo, Olavarría, Tapalqué, Coronel Pringles y Bahía Blanca. Los ex combatientes que se lanzaron en bicicleta a unir La Plata con Puerto Madryn -el lugar que los acogió no bien concluyó la guerra de Malvinas, hace veintiséis años-, separadas por 1.300 kilómetros de ruta, llegaron ayer a Río Colorado.

El grupo quiere reconocer con la travesía la hospitalidad con la que lo recibió más de dos décadas atrás los vecinos de Madryn y lo hacen por estos días para estar presentes allí el próximo lunes, cuando se celebre un nuevo aniversario de fundación de la ciudad patagónica, y entregarán dos placas alusivas, una de los seis ex combatientes que se animaron al viaje y otra que llevan en nombre del CECIM.

Fernando Marino, Fernando Papasodaro, Juan Carlos Chirico, Eduardo Guzmán tienen entre 46 a 49 años de edad y un estado físico que los habilita a pedalear entre cuatro y cinco horas por día -en promedio 100 kilómetros- incluso en las condiciones más adversas, con vientos intensos en contra, lluvias torrenciales y mucho frío. Junto a ellos va una camioneta que ocupan Sergio Gutiérrez y Pablo Pereda, quienes también participaron del conflicto bélico contra las tropas británicas y en esta ocasión son los que hacen el apoyo logístico del proyecto que hermana a la ciudad chubutense con La Plata. A todos los alientan una gran fuerza y mucha voluntad. Será, como están ellos convencidos, que después de haber enfrentado lo vivido en las islas australes cuando tenían entre 18 y 20 años, casi nada ya los amedrenta.

Ayer fue la octava jornada de aventura. Los veteranos de guerra -cuatro ex soldados, un suboficial de la Fuerza Aérea retirado y otro en actividad- salieron del portón histórico, del mismo que fue testigo en abril de 1982 de su partida a las Islas, el 14 de julio pasado. Anoche descansaron en Río Colorado, y según estimaban, estaban a un tercio del viaje.

Fernando Marino, ex soldado y médico veterinario, resumió en unas pocas palabras el sentir del grupo en esta experiencia. "Es maravillosa -dijo-, por el contacto con la gente. El hecho de hacerlo en bicicleta nos acerca más a los pobladores. Queremos cumplir nuestro objetivo y brindar nuestro reconocimiento a Madryn; a aquellas personas que nos recibieron cuando la guerra apenas terminaba".