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Por 1er Ten Gustavo Liébana
Con motivo de su reciente paso a la inmortalidad, su trayectoria y lo que significa para nuestra Institución, en esta oportunidad queremos realizar mediante esta entrega un sencillo y humilde homenaje al comodoro “VGM” (R) Héctor Manuel Rusticcini, por su invaluable contribución al servicio de nuestra Nación.
Esta decisión se fundamenta sobre todo en el consenso generalizado que existe entre los veteranos de nuestra Institución y de las demás Fuerzas Armadas, en que el comodoro Rusticcini constituye un símbolo de la Gesta de Malvinas en dos momentos históricos.
En primer lugar, por su destacado papel durante el Conflicto del Atlántico Sur. En segundo lugar, por su vocación permanente de transmitir el legado del accionar de la Fuerza Aérea en Malvinas, entendida esta como un conjunto de hechos dignos de ser recordados, especialmente los que destacan por su heroicidad o trascendencia.
En abril de 1982, el entonces mayor Rusticcini se desempeñaba como jefe del Escuadrón Servicios, jefe del Escuadrón Abastecimiento y del Escuadrón Terminal de Cargas Aéreas (ETCA) en la Base Aérea Militar Malvinas (BAM Malvinas).
Este es uno de los aspectos silenciosos del Conflicto, pero que pone de relevancia el espíritu del personal como un ejemplo a seguir que trasciende largamente el conflicto. La capacidad de un grupo humano como la dotación de la BAM Malvinas de convertirse en el alma del proyecto, pese a tener que lidiar con los grandes obstáculos del terreno, distancia, escasez de medios e inexperiencia de guerra.
Pero sobre todo, porque dicha Unidad desde el primer momento y hasta el último día, fue objetivo prioritario para el enemigo, que concentró su ataque en forma sistemática con todos los medios para destruir la pista, sabiendo que era el único enlace con el continente.
El 14 de abril de 1982 se creó la Base Aérea Militar Cóndor. Al respecto, el comodoro “VGM” (R) Héctor Rusticini afirmó en una entrevista: “Nosotros teníamos una gran tarea en la Base Aérea Malvinas con todo el material que llegaba por vía aérea. Teníamos tres aviones descargando, uno despegando, uno por aterrizar y cinco esperando para descargar lo más variado que ustedes puedan pensar”.
De regreso al continente, el comodoro Rusticcini cumplió primero con la obligación moral de los sobrevivientes de transmitir el testimonio a las nuevas generaciones de la Institución de la epopeya de Malvinas, sus vivencias, sus conocimientos, las lecciones aprendidas, la vocación patriótica plasmada en la inapelable e inalienable defensa de los intereses estratégicos y vitales de nuestra Nación, y el reclamo permanente por la soberanía en nuestra islas Malvinas.
Siguiendo su trayectoria testimonial, Rusticcini tuvo como desafío promover la revalorización de la Gesta de Malvinas por parte de la ciudadanía, recuperar y sostener esta iniciativa en el tiempo después del Conflicto, un evento sobre el que muchas veces no se tiene una real dimensión de su trascendencia como sociedad en conjunto, pero que merece el debido reconocimiento y del que toda la población debería sentirse orgullosa porque es algo que le pertenece.