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“Negras tormentas agitan los aires,
nubes oscuras nos impiden ver,
aunque nos espere el dolor y la muerte,
contra el enemigo nos llama el deber”.
Por Osvaldo Jorge Palacio VGM – (periodista) palacios@delabu.com.ar
Malvinas es uno de los últimos reductos del colonialismo europeo en América. Hasta 1985 Georgia y Sándwich del Sur, fueron gobernadas como una dependencia de ellas. Sin embargo, la nueva constitución hizo que se convirtieran en un protectorado británico separado.
Poco conocida fue la actuación del Escuadrón Fénix, integrado a raíz de un proyecto del Brigadier (R) Gilberto Hilario Oliva, que creó una estructura operativa para la Fuera Aérea. El capitán (RE) Jorge Luis Páez Allende, estuvo a cargo de la organización.
Cuarenta aeronaves y catorce helicópteros civiles con sus pilotos y mecánicos, se movilizaron a diferentes puntos de la Patagonia, cubriendo los despliegues de la Aeronáutica.
Sus tácticas tenían estilo definido y calidad de supervivencia. Sus hombres estaban entrenados para actuar por instinto; la resistencia ofrecida por el Escuadrón es un símbolo.
Las máquinas eran Lear jet LR-24, LR-25, LR-35, Cessnna Citation, Hawker Sidneley HS-125, Turbo Commander 690 69-T, Mitsubishi MU-2 y Aerostar 600, 601 P, TS-60, Merlin IIIB. También actuaron helicópteros Bell 212,205, BolkowBO 105, Sicorwsky S58 y S61, Hughes 500 y Agusta 109.
Las aeronaves tenían autonomía, velocidad, excelente nivel de vuelo, aviónica de última generación y mimetización ante los radares del enemigo, al punto que los ingleses los confundían con nuestros cazas.
Ningún avión de Fénix estaba artillado, por eso quedaban librados a su suerte, a las maniobras para evitar Sea Harrier y a los misiles de tierra o de mar. Los tripulantes, no podían eyectarse ni lanzarse en paracaídas.
Ciento diez pilotos, la mayoría civiles, y veinticinco mecánicos con aviones requisados se integraron con los componentes militares bajo la denominación de “Escuadrón Fénix”.
Volaron setecientas ochenta horas y llevaron a cabo catorce misiones de guiado de escuadrillas de ataque táctico y bombardeo. Ejecutaron veintiocho tareas de retransmisión de comunicaciones y ciento veintitrés incursiones de velo y engaño.
Un dato: Alan Withington y Jimmi Harvey, que habían sido pilotos de la RAF en la Segunda Guerra, actuaron como voluntarios. Los aviones ejecutivos, por su instrumental, servían de idónea guía a nuestros Skyhawk, Dagger o Canberra que carecían de radar. Fénix cumplió misiones de transporte, de búsqueda y de rescate en el mar; además, de patrullaje y exploración en la frontera con Chile, otro potencial escenario de conflicto.
Fueron estaciones retransmisoras de radio a gran altitud, que facilitaban comunicaciones entre las bases propias y los aviones que volaban contra la flota enemiga, y fueron escolta de los Hércules C-130 y los Pucará.
Otra misión fue las pinchaduras de los lóbulos de los radares británicos para engañar y confundir al enemigo. Estas tareas provocaban un considerable desgaste a las fuerzas invasoras.
Gentileza Imagen escuadronfenix.org.ar
La técnica de contra medidas electrónicas, para generar ecos falsos en los radares de búsqueda o de alerta temprana era compleja. La generación de los señuelos se hacía desde los aviones y específicamente para cada radar.
El día 7 de junio de 1982, a las ocho de la mañana, con nubosidad media y estratiforme y visibilidad superior a diez kilómetros en Comodoro Rivadavia y, en el área de Malvinas, con tiempo bueno y parcialmente nublado y visibilidad de diez kilómetros y viento del sector noroeste a 20 Km., el vicecomodoro Rodolfo De La Colina, en ese momento Jefe del Escuadrón Fénix, al comando de su Lear Jet-35A, Matrícula T-24, indicativo “Nardo 1”, despegaba en misión de reconocimiento fotográfico junto al ”Nardo 2”.
Una hora después, “Nardo 1” enlazó con el radar Malvinas y cuando se aprestaba a cumplir con su tarea, el copiloto vio dos pequeños fogonazos en la Bahía de San Carlos y, enseguida, dos estelas. El avión comenzó a virar por la izquierda y el primer oficial informó que abortaban la tarea. “Me dieron, no hay nada que hacer”, comunicó De la Colina. De repente la nave se convirtió en una gran bola de fuego y la parte que quedó entera entró en tirabuzón.
Murieron, De la Colina; su copiloto, mayor Juan José Falconier; el capitán, Marcelo Pedro Lotufo; el suboficial auxiliar Guido Antonio Marizza, navegante y el suboficial auxiliar Francisco Tomás Luna, radioperador. Ese día el Escuadrón Fénix, entraba en la historia de la aeronáutica argentina.
Por los señuelos, la Royal Navy estaba obligada a mantener en el aire su poder aéreo de defensa. Los Fénix distraían la atención del enemigo, mientras nuestros aviones caza-bombarderos atacaban diferentes sectores.
En tierra esperaban los mecánicos con las aeronaves listas para entrar en acción. Los pilotos adoptaban sus posiciones, ajustaban sus arneses y organizaban el despegue. Cada uno besaba fotos de sus seres queridos. Transmitían instrucciones y manipulaban controles. Comenzaba el rodaje, repasaban el chequeo, se preparaban los mandos. V1, V2, V3, –Escuadrón Fénix despegando– informaba el líder, mientras en el aire aceleraban su formación táctica. Era la vida o la muerte.
Después la misión se cumpliría y los tripulantes volverían a pensar en sus familias, imaginando a sus mujeres preguntando por ellos y a los niños en sus juegos.
La Argentina demostró que la aviación inglesa no logró superioridad y que su sistema de armas no resultó invulnerable, como ellos se imaginaban.
El Almirante Woodward reconoció en sus memorias que había subestimado al enemigo y que desconocía el potencial de la Fuerza Aérea Argentina diciendo: “Jamás pensé que sus pilotos harían lo que hicieron”.
Recuperar la soberanía, es una cuestión de Estado. Malvinas es un tema que requiere continuidad.
Material de consulta: Archivos personales y del Escuadrón Fénix. Libro, “Malvinas, la guerra aérea” de Benigno Héctor Andrada, Buenos Aires, Emecé Editores, 1983. Libro, “Air War South Atlantic” de Jeffrey Ethell y Alfred Price y libro, “Diario de Guerra del Radar Malvinas”, del comodoro (RE) FAA, Miguel Ángel Silva, Buenos Aires, Editorial Dunken y piloto del Escuadrón Fénix, señor Pedro Alcobe.
Pilotos: Luis Acerbo, Edgardo Acosta, Pedro Alcobe, Roberto Alesón, Rubén Álvarez, Rodolfo Alzugaray, Juan Arcidíacono, Federico Arocena, Jorge Arrechea, Carlos Arregui, José Avarello, Mario Bacciadone, Norberto Barreras, Juan Carlos Bassini, Aldo Berardi, Oscar Bértola, Rubén Bóveda, Jorge Cabrera Castilla, Héctor Cáceres, Jaime Camps, Miguel Cancrini, Raúl Cardalda, Guillermo Carnevale, Manuel Castro, Héctor Cerbelli, Asdrúbal Cimadevilla, Vicente Collerone, Juan Crosa, Francisco Cupelín, Rodolfo De la Colina (fallecido en Acción), Teodoro Delorme, Juan Carlos del Toro, Oscar Díaz, , Pablo Ercamora, Ángel Esnagola, Martín Etcheverry, Juan José Ramón Falconier (fallecido en acción), José María Ferrari, Edgardo Ferreira, Héctor Figueroa, Miguel Fonrouge, José Forastiero, Carlos Fórmica, Ernesto Gabotto, Miguel Gamen, Alfredo Garatti, Leonardo García, Luis García, Norberto García Marín, Rodolfo Gavagnín, Claudio Gervai, Gonzalo Gíl, Adrián González, Carlos González, Edgardo González, Lorenzo González, Oscar Nelly González, Roberto González, Carlos Greco, Eladio Gosso, Raúl Guevara, Roberto Harriague, Dennis Reginald Jammes Harvey, Martín Iraizos, Arnold Ryhel Koiter, Hugo Laciar, Arnoldo López, Francisco López Molina, Jorge Pedro Lotuffo (fallecido en acción), Lorenzo Mana Macagno, Aníbal Mantero, Roberto Mariani, Rubén Mariani, José Sánchez Martín, Ezequiel Martínez, Genial Mauro, Hugo Mercante, Eduardo Meyer, Herminio Meyer, Carlos Miranda, Juan José Misa, Alberto Molina, Hipólito Molina Carranza, Alfredo Musante, Carlos Musso, Alejandro Nishimoto, Restituto Sinibaldo Olguín, Jorge Luis Páez Allende, José Pagliano, Iván Paredes, Jorge Peloso, Rubén Pérez, Aldo Pignato, Roberto Pignato, Fernando Piñeiro, Ricardo Pla, Aníbal Poggi, Carlos Pogrzebny, Mario Quarleri, Carlos Alberto Quiroga, Aldo Ríos, Adolfo Rodríguez, Carlos Rodríguez, Jorge Rodríguez, Máximo Rodríguez, José Luis Rodríguez Morel, Leónidas Rodríguez Uzal, Julian Redonda, Mariano Salotti, Hugo Santa María, Pedro Saralegui, Bernardo Schonfeld, Fernando Soldan, Luis Spalla, Carlos Harris Stewart, Julio Tello, Héctor Tessio, Carlos Tillous, Carlos Trinchero, Américo Bar Vázquez, Jorge Vega, Carlos Vergara Ruzo, Francisco Villaverde, Sergio Viñuelas, Alberto Willians, Emil Willians, Allan Claudio Withington y Carlos Zungri.
Personal de Cabina: Hugo Cochello y Juan Carlos Guarente.