17 PUNTOS PARA TENER EN CUENTA SOBRE LAS ISLAS MALAVINAS
(por Gabriel Martínez )

1º: La recuperación del 2 de abril no fue el resultado de los whiskies que se tomó el Presidente Galtieri el día anterior. El plan existía cinco años antes, los ingleses lo conocían y se les presentó la opción de resolver la disputa pacíficamente, pero cuando la Argentina pidió en Nueva York (1981) una ronda de negociaciones que tratase con seriedad el tema, el Canciller Carrington respondió con arrogancia que "no se negocia con una potencia mayor de esa forma" y que las Malvinas eran un asunto "sin entidad para ellos".

2º:
Dije bien: RECUPERACIÓN, no invasión. La representante norteamericana en la ONU Jeanne Kirkpatrick lo había sintetizado bien: si las islas son argentinas, no se podía hablar de invasión, cosa que les gusta hacer no sólo a los anglosajones, sino también a gente como el actual diputado nacional Miguel Bonasso, ex terrorista subversivo que transfiere su odio hacia las FFAA a los hombres de las tres armas que lucharon esa guerra no por defender a la dictadura sino a su nación.

3º: Los argumentos históricos y jurídicos que sostienen la posición argentina son abrumadores. Ante su simple evidencia dijo el célebre duque de Wellington en 1834: "He revisado todos los documentos relativos a las Falklands. De ningún modo encuentro claro que alguna vez hayamos sido titulares de la soberanía de dichas islas".

4º:
Sobre el modo hipócrita en que los ingleses apelan al Principio de Autodeterminación de los Pueblos para legitimar la voluntad de los isleños de no integrarse a la Argentina continental. Este principio no es aplicable porque ellos no son un grupo nacional que perdió en algún momento su independencia sino súbditos implantados por la potencia imperial. Además, recordemos los casos de las islas Banaba, Diego García y Marshall (esta última a cargo de sus aliados y primos norteamericanos) donde ellos no tuvieron problemas en desalojar a sus habitantes para explotar minerales o para hacer pruebas nucleares sobre esos santuarios naturales donde descansaban sus ancestros, para convertir esas playas paradisíacas en pistas de cristal fundido e indemnizarlos de manera vergonzante. Claro, estos otros isleños eran melanesios, no anglosajones.


5º: Por último, si es cierto que la campaña fue tan poco costosa para Gran Bretaña (reconocen sólo 255 muertos y 777 heridos, aparte de los buques hundidos e inutilizados) entonces, ¿por qué establecieron un Acta de Secreto Militar que recién vencerá en el año 2072?


6º: ¿Quiénes se beneficiaron con la guerra, más aún, quiénes necesitaban una guerra corta y victoriosa? En el libro "Sinking on Belgrano" de los periodistas Arthur Gavshon y Desmond Rice aparece una tabla que sigue mes a mes el porcentaje de apoyo de la opinión pública inglesa a Margareth Thatcher, así como el grado de preferencia a los distintos candidatos. Surge así que en marzo-abril de 1982 la primera ministro tenía un 29% de apoyo electoral y ya estaba siendo alcanzada por sus adversarios políticos que venían en alza. Entre otras cuestiones internas Gran Bretaña tenía la tasa de desempleo más elevada de su historia. En julio de ese año, con la victoria asegurada y manteniendo un discurso fuertemente belicista e intensa campaña de acción psicológica mediante de parte de lo más amarillista de la prensa inglesa (Sun, Star, Express y Mail) su grado de aceptación había trepado al 45% y, para enero de 1983, multitudes embriagadas de viejos resplandores imperiales celebraban frente al número 10 de Downing Street, al son del Rule Britannia, la victoria electoral conservadora.
Pero también la Armada Real necesitaba esa guerra. La política de defensa británica había previsto reducir la flota de superficie en un tercio y reconvertirla a una función estrictamente antisubmarina en el seno de la OTAN a fin de poder realizar el costoso programa Trident (misiles nucleares emplazados en submarinos clase Polaris) Esta reconversión impuesta por las urgencias económicas era mucho más de lo que los viejos halcones del Almirantazgo, herederos del ímpetu churchilliano, podían aceptar. Es así que el 3 de abril de 1982 el comandante en jefe de la Armada Real convence a Thatcher de que se podía armar una Fuerza de Tareas y arrebatar las islas a los argentinos.

7º :
Las fuerzas terrestres argentinas se componían en un 75% de conscriptos de 18 y 19 años. Muchos de ellos tenían más de un año de instrucción, pero otros apenas tenían semanas de adiestramiento y muchos eran originarios de provincias subtropicales muy distintas al frío húmedo del Atlántico sur. La Argentina disponía de unidades altamente profesionales, como los paracaidistas, los infantes de Marina, los comandos del Ejército y las brigadas de alta montaña, pero sólo se envió a Malvinas dos compañías de comandos y el V Batallón de Infantería de Marina. ¿Por qué no se envió más tropas de éstas en lugar de los conscriptos? El Estado Mayor consideró (y los hechos posteriores demostraron que no estaba errado) que Chile podía intentar algo a espaldas de la Argentina, y en tales circunstancias no se podía desplazar a las unidades apostadas al pie de la cordillera de los Andes. Pero los conscriptos se batieron con honor y causaron bajas al invasor en Prado del Ganso, Darwin, Tumbledown y la defensa de la capital, Puerto Argentino.


8º:
Un dato aparte sobre la batalla de Darwin-Prado del Ganso: una vez establecida la cabeza de playa en San Carlos el plan del general Julian Thompson era seguir a toda prisa la ruta más corta hacia Puerto Argentino. En su relato de la campaña, "No Picnic", pág 130, dice: "Darwin-Prado del Ganso no se encontraba en el camino que me proponía seguir, y cualquier esfuerzo en tal dirección no haría sino apartarme de la ruta hacia el verdadero objetivo." ¿Qué pasó? En esa semana siguiente, como dije al comienzo, los noticieros ingleses mostraron a toda hora las imágenes de los buques de la Fuerza de Tareas explotando y hundiéndose, y los halcones de Londres estaban furiosos y desesperados. ¿Hasta cuándo podrían seguir controlando a la opinión pública? Entonces ordenan a Thompson atacar algún objetivo a mano, aunque no fuera militarmente prioritario, para tener algo que mostrar a los televidentes británicos. Así se decidió atacar a la guarnición argentina de Prado del Ganso.


9º:
Desde la comodidad con que se pueden analizar los hechos en retrospectiva, el error del gobierno argentino de suponer que EEUU mantendrían una neutralidad benévola ha merecido un juicio severísimo. Tal vez sea correcto, pero hay circunstancias que deben sopesarse: a principios de 1982 se realizó un almuerzo informal entre diplomáticos argentinos y norteamericanos en Buenos Aires, y se aprovechó para sondear a los visitantes con respecto a qué actitud adoptaría su país en el caso de que las negociaciones con G.B. se estancasen y se decidiera incrementar la presión. La respuesta recibida sonó como un guiño: "Hands off" ("nosotros, manos afuera, no nos metemos"). Pero también estaba el precedente de Suez, 25 años antes, en que EEUU frenó a sus aliados anglofranceses, que debieron retirarse de Egipto y aceptar la nacionalización del Canal hecha por Nasser. Pero Suez tuvo una consecuencia: la retirada francesa de la participación activa de la OTAN y el desaire para Inglaterra. La
diplomacia yanqui lo sabía muy bien y solía decirse: "porque ya hubo un Suez, jamás debe haber otro". Además, en Suez Egipto tenía detrás a la URSS, y la Argentina en Malvinas estaba sola y con el apoyo moral de Iberoamérica.

10º: Sobre el modo de la recuperación del 2 de abril de 1982. El desembarco efectuado por las fuerzas argentinas con el fin de liquidar el régimen colonial impuesto por G.B. en Malvinas, dando así cumplimiento a la Resolución 2065 de la ONU, fue una operación militar limpia y altamente profesional. El canciller argentino Costa Méndez había insistido en que la opción militar sólo era viable "mientras ningún inglés se tuerza siquiera el tobillo". A fin de evitar una condena internacional, a los Comandos Anfibios (unidad que lleva inscripta en su insignia la leyenda "Stirps virilis") se les habían transmitido órdenes terminantes de asegurar todos los objetivos (el aeropuerto, el cuartel general de los Royal Marines en Moody Brook, la casa del gobernador, etc. y reducir al enemigo pero sin causarle bajas. La consigna era "hacerse matar antes de matar". La cumplieron al pie de la letra: capturaron a los 77 marines del destacamento permanente y luego los repatriaron junto al gobernador Rex
Hunt, todos en perfecto estado. Del lado argentino cayeron el Capitán de fragata Pedro Giachino y dos infantes de Marina.
Luego, en todo el tiempo que permanecieron las tropas argentinas en el archipiélago observaron un estricto respeto por la población civil de origen anglosajón (que, recordemos, no son los pobladores originales sino que comenzaron a ser introducidos luego de la usurpación de 1833, consumada la cual se expulsó a la población hispánica.) El personal sanitario militar brindaba asistencia médica permanente a los kelpers, a diferencia de la atención quincenal que antes tenían.

11º:
El petróleo. En el año 1981, pocos meses antes de la guerra, un buque oceanográfico de la CIA provisto de sismogramas, llamado Glomar Explorer, realiza un relevamiento de la cuenca malvinense e informa que la misma podría albergar yacimientos de petróleo nueve veces mayores que el Mar del Norte. En rigor, los medios especializados ya venían hablando de Malvinas como el nuevo baúl petrolero mundial desde fines de los setenta. Pero, sinceramente, creo que cuando Thatcher tomó la decisión de ir a la guerra estaba mucho más preocupada por su supervivencia política que por los barriles de crudo.


12º:
La Argentina pudo ganar. Este sólo tema merecería la extensión de un libro, pero digamos simplemente que se podría haber ocasionado a la Task Force un nivel de daños que la dejasen al borde del desastre logístico. (Pensemos que sólo el hundimiento del Atlantic Conveyor significó la pérdida de una gran cantidad de pertrechos y, sobre todo, de 10 helicópteros almacenados en sus bodegas. A consecuencia de esto, la III Brigada de los Royal Marines debió demorar tres semanas en cruzar la fangosa isla Soledad a pie). Si uno solo de los dos portaaviones ingleses (HMS Hermes e Invincible) hubiese sido inutilizado, la ya de por sí escasa cobertura aérea de la flota se hubiera visto muy mermada. (Existen fotos en poder de la Armada Argentina donde se ve al Invincible fuertemente tocado y humeante. (En este buque revistaba el hijo menor de Isabel II, el príncipe Andrés) G.B. siempre lo negó, pero al parecer meses después de la guerra esta nave habría estado en Australia bajo la mayor reserva sometida a reparaciones.

En el estrecho de San Carlos primero (21-28 de mayo) y en Bahía Agradable luego (08 de junio) los aviones argentinos arrojaron sobre los destructores escolta y los transportes de tropas toneladas de bombas, muchas de las cuales no estallaban. ¿Por qué? Porque esas bombas habían sido compradas pensando en otro tipo de objetivos situados en tierra firme. Los periodistas británicos embarcados coinciden en que si todas esas bombas hubieran estallado en Bahía Agradable ("el día más negro de la flota desde la II Guerra Mundial") el total de bajas hubiera sido elevadísimo. A propósito, hay cosas que no quedan muy claras. En Bahía Agradable explotaban buques repletos de tropas y luego el Ministro de Defensa John Nott sólo informaba de unos pocos heridos. Ésa es una “democracia modelo”. Aún cuando en 1993 el público británico no pudo ver el documental "Hundan al Belgrano", realizado por el cineasta argentino Federico Urioste en colaboración con el Channel Four de Londres porque este medio recibió “sugerencias informales" del gobierno de John Major para que no se emitiera.
La Argentina había pagado por anticipado a la firma francesa Aérospatiale 14 cazabombarderos Super Étendard (como el que hundió al HMS Sheffield) y 30 misiles AM 39 Exocet, en 1981. En una primera entrega recibió 5 aviones y 5 misiles, y el resto deberían ser entregados en los primeros meses de 1982. Pero luego Mitterrand apoyó decididamente a Margareth Thatcher y el material bélico llegó a la Argentina varios meses después de terminada la guerra.
Los pilotos argentinos habían sido informados por sus instructores que atacando frontalmente a las modernas fragatas inglesas las posibilidades de ser abatidos eran del 90%. Esos modestos "sudacas", son los verdaderos "Top Gun". Porque Tom Cruise se subía al mejor avión de caza del mundo, derribaba un par de aviones obsoletos y abajo lo estaba esperando la rubia esa para tener sexo sin límites.
Los argentinos, en cambio, iban a atacar a la flota sabiendo que lo más probable era que no volvieran a ver a sus esposas e hijos y encomendándose a Dios y la Virgen. Las bajas entre ellos ascendieron al 50%.


13º :
¿Se podría haber hecho algo distinto? Existe un criterio en Derecho Internacional llamado Doctrina Stoppel (no sé si lo escribí bien). Está aceptado por 140 países (entre ellos GB) y el concepto es que si pasan 150 años sin que un país realice prácticas de soberanía sobre un territorio, pierde sus derechos sobre él. (Esto no me termina de convencer; no creo, que los justos derechos de España sobre Gibraltar hayan menguado por los 300 años transcurridos). Así que, según esta doctrina, no se podía llegar al 2 de enero de 1983 con la bandera inglesa ondeando todavía en las islas.


14º: El peligro nuclear en Malvinas: Inglaterra no dijo toda la verdad.Todas las noticias que circularon por la prensa sobre este tema en los primeros días de diciembre del 2003 revelan sólo un aspecto del tema. Me sorprendió que haya creado tanto revuelo algo que en realidad ya se aceptaba como un hecho: que buques de la Fuerza de Tareas británica que se hallaban realizando maniobras en el Atlántico Norte fueron despachados con tanta urgencia al sur que no tuvieron tiempo de descargar su armamento no convencional, específicamente cargas nucleares de profundidad embarcadas en buques como los destructores Tipo 42 HMS Sheffield, Coventry y el Glamorgan, hundidos. Es decir, que supuestamente no había una intención de apelar a ese armamento. Pero se ha soslayado la denuncia del ex diputado laborista Tam Dalyell quien afirmó que un submarino de la clase Polaris (portador de ojivas nucleares) fue despachado al Atlántico Sur con órdenes de mantenerse en situación de atacar algún punto de la
Argentina Continental, como Córdoba. Elementos dispersos, como la correspondencia del Teniente Tinker (muerto en el Glamorgan el 11/06/82 y recogida en un libro publicado un año después), filtraciones a la prensa y el Acta de secreto Militar establecida al final de la Guerra, primero por 30 años y luego aumentada a ¡90 años!, alimentan la sospecha de que esta denuncia podría ser cierta. Además, considerando la mentalidad psicopática de Margareth Thatcher da escalofríos pensar de qué hubiera sido capaz esa alcohólica si hubiera visto comprometerse SU aventura bélica colonial y por ende su supervivencia política. ¿Será verdad? ¿Meras especulaciones? Paciencia... en el 2072 lo sabremos. Por mi parte sólo puedo parafrasear a Catón el Censor en su famosa sentencia a Cartago: DELENDA EST BRITANNIA.

15º: Este punto es en realidad un 4º bis, porque también alude al modo hipócrita en que los ingleses se amparan en el Principio de Autodeterminación de los Pueblos (¡justo ellos, asesinos de etnias enteras, como en Tasmania donde organizaron cacerías humanas para limpiar la isla y construir en ella un presidio!) para no devolver las islas.
En el año 1981estaba comenzando a discutirse un proyecto de Ley de Nacionalidad que retiraría la ciudadanía británica a todos los habitantes de colonias que no tuvieran al menos un abuelo nacido en Gran Bretaña. En esta situación se hallaba la tercera parte de la población kelper. Pero una vez encuadrada en la retórica belicista, Thatcher diría que hacía la guerra en nombre del “derecho de los isleños a ser británicos”.

16º: La batalla de 1982 terminó el 14 de junio y la Argentina sigue teniendo bajas...

Consideremos el total de argentinos caídos durante el conflicto (649 hombres) y restémosle, primero, el número de caídos en el Crucero General Belgrano (368). Al resultado restémosle ahora la cifra de pilotos caídos (55). Podemos establecer que las bajas mortales de la Argentina en las acciones terrestres es inferior a los 226 hombres, cifra aproximativa que debe ajustarse levemente a la baja. El número total de veteranos de Malvinas que se quitaron la vida en estos 21 años transcurridos es de 265, a causa principalmente de la incomprensión e ingratitud de gran parte de su sociedad. Cada 2 de abril los periodistas hablan en tono llorón de la "aventura bélica de la dictadura militar", de "los chicos de la guerra", y de "la guerra absurda". Si una persona ha pasado por una experiencia límite, lo peor que se puede hacer es decirle que su sacrificio y el de sus camaradas que no volvieron se hicieron en nombre de una causa absurda. Quiero hacer una aclaración:
Como argentino nacionalista no puedo hacer mía la defensa de un régimen que tomó el poder con el aliento de Washington (al igual que los otros regímenes militares de los setenta). Ellos implantaron en el país un modelo de economía liberal que promovía la desindustrialización y el endeudamiento externo reduciendo a la Argentina al papel de "reservorio de materias primas". Es decir, ejecutaron fielmente lo pautado en el memorándum NS (por National Security) 2000, presentado por Kissinger a Nixon. Pero en el tema Malvinas no me importa quién dio la orden, yo estoy con él. Aclaremos algo: LA FUERZA DE TAREAS BRITÁNICA NO FUE DESPACHADA AL ATLÁNTICO SUR A PROTEGER A LOS ARGENTINOS DEL TERRORISMO DE ESTADO SINO A DEFENDER LOS INTERESES DE LA POTENCIA IMPERIAL. Es un embuste la afirmación de Margareth Thatcher de que la Argentina le debe a ella haber recuperado la democracia. (Por el
contrario, GB participó de la interrupción de un gobierno democrático argentino, en 1955, cuando unidades navales inglesas proveyeron a la Armada Argentina de combustible y espoletas en el Río de la Plata para el derrocamiento del Presidente Perón). A consecuencia de la derrota, la Argentina ha reforzado su sumisión a las estructuras del poder mundial, los gobiernos que se sucedieron han continuado la política de endeudamiento, se nos impuso una especie de Tratado de Versalles (Acuerdo de Madrid con el Reino Unido, 1990). Se eliminó el servicio militar obligatorio no reemplazándoselo por otro sistema mejor, se destruyeron las FFAA, proyectos de desarrollo de tecnología de punta como el vector Cóndor II fueron abortados por presión externa, se liquidaron los activos del Estado ("achicar el Estado es agrandar la Nación", nos decían) y, lo peor de todo, y aquí quería llegar, es que perdimos la confianza en nosotros mismos como nación. Sufrimos las consecuencias de lo que con toda propiedad podría llamarse una "intelectualidad de posguerra". Desde la prensa y la cátedra se proyecta un discurso fuertemente desnacionalizador ("los argentinos hemos fracasado como sociedad, somos todos corruptos, somos culpables de todo, amar a la Patria y ponerse una escarapela es ser fascista, ¡ viva el aborto, viva la homosexualidad y el consumo de estupefacientes"!) Antiguos miembros del terrorismo marxista (que mataron, secuestraron y pusieron bombas) se han encaramado en los puestos de poder para realizar una política de hostigamiento hacia la Iglesia y el Ejército, invirtiendo la proposición de Clausewitz: su política es la continuación de la guerra subversiva por otros medios. Yo, como joven estudiante de Historia en la Universidad de Buenos Aires, veo todo el tiempo las consecuencias de esa intelectualidad: en esa casa de estudios me dan la posibilidad de elegir entre distintos tonos... de un mismo color (el rojo). La interpretación marxista de la historia se ha vuelto
monopólica y, más aún, canónica. Y escucho historiadores muy prestigiosos comparando a los veteranos de Malvinas con los veteranos alemanes de la Primera Guerra que fundaron el Partido Nazi. Es por eso que sostengo que estos intelectuales y periodistas con su retórica anti- Malvinas han matado más argentinos que las balas de la infantería británica.

17º: Cierto profesor mío dijo una vez que los nacionalismos necesitan un enemigo y que por eso el nacionalismo argentino "inventó" como enemigo a Inglaterra. Quienes se sorprendan de que los hayamos enfrentado en una guerra a fines del s. XX deberían saber que cuando la Argentina surgió como nación GB ya era la reina de los mares. ¿Quién fue a buscar a quién? Además, este país invadió nuestro territorio en ocho oportunidades:


I). 1763: Ataque angloportugués contra Colonia del Sacramento, actual Uruguay y por entonces parte del Virreinato del Río de la Plata.


II). 1765-1774. Los ingleses ocupan Puerto Egmont (Malvinas) pero luego reconocen los derechos españoles en el Tratado de Nootka Sound.


III). 1806. A consecuencia de la batalla de Trafalgar, GB se asegura la supremacía naval y dirige una expedición de 1.200 hombres al Río de la Plata, al mando del Gral. Beresford. El objetivo es conquistar nuevos mercados donde colocar sus manufacturas debido al bloqueo continental impuesto por Napoleón. Toman Buenos Aires pero luego son derrotados por Liniers.


IV). 1807. Los ingleses se quedan con la sangre en el ojo y mandan una nueva y más poderosa expedición, de 10.000 hombres bajo las órdenes del Gral. Whitelocke. Intentan tomar Buenos Aires pero los porteños, en una acción conocida como La Defensa donde participaron hasta las mujeres y niños arrojando agua hirviendo desde las azoteas contra los invasores, derrotan a las tropas británicas. (En 1808 había una nueva campaña en preparación, 20.000 hombres en Portugal listos para embarcar al mando del célebre Duque de Wellington, pero la invasión de Napoleón a España cambió las prioridades).


V). 1833. Usurpación de las Malvinas. El 2 de enero de ese año, los buques ingleses Clio y Tyne, al mando del cap. John Onslow, toman las islas y expulsan al gobernador designado por las Provincias Unidas del Río de la Plata, don Luis Vernet, y a los pobladores argentinos asentados allí.


VI). 1845-47. Bloqueo anglofrancés al Río de la Plata. Buenos Aires era gobernada por el Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas, cuya política de protección de las manufacturas locales era una traba para los productos ingleses.


VII). En 1908 el gobierno inglés da a conocer un documento denominado Carta Patente, con los territorios bajo soberanía de la Corona. En él aparecían comprendidos territorios patagónicos argentinos y chilenos. Ante la protesta diplomática, GB cambió el mapa en 1917, pero pocos años después comenzó a comprar grandes extnsones de tierra en esa zona.


VIII). La invasión de la Fuerza de Tareas que da comienzo a la Guerra de Malvinas, con el ataque a las islas Georgias (22 de abril) y a Puerto Argentino (01 de mayo).

Esto, además de innumerables intromisiones en nuestra política interior, de la estafa de la Bahring Brothers al pueblo de Buenos Aires en el s. XIX, de la explotación inhumana de los obreros y del quebracho chaqueño por la empresa inglesa La Forestal, del derrocamiento de Perón, ¡y tantas otras cosas...!

MALVINAS, VOLVEREMOS.


VERITAS VINCIT (la Verdad triunfa)



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