Buenos Aires, 18 de abril, jueves Santo de 2019
Sr. Director
“Madre de los Patriotas Argentinos”
Es casi una ley natural que ante situaciones límites el ser humano recurra al sentimiento de madre. En efecto, ante el dolor, el sacrificio o la muerte, siempre el pensamiento vuela hacia las raíces, hacia el principio, hacia donde se encuentra siempre la comprensión, el cobijo y el consuelo.
Y el sentimiento de madre jamás pondrá por delante otra cosa que no sea eso, el sentimiento maternal respecto de su hijo, sea éste bueno o malo, haya equivocado su camino o no.
En nuestra querida Argentina, esto está arraigado muy culturalmente y, en una parte importante de la población, encuentra su justificación y reconocimiento, una organización de madres de terroristas que causaron muchas muertes y dolor en la sociedad. Estas madres, lógicamente incapaces de desprenderse de ese sentimiento maternal que hiciéramos referencia y que sin dudas tiene su origen en el orden natural, toman sus pérdidas con un profundo resentimiento y lo transforman en un odio que hacen público ante toda la sociedad. Y como los vientos que corren por el mundo moderno, responden al hombre cada vez más alejado de Dios y se muestra lo bueno como malo y lo malo como bueno, es lógico que estas “madres del odio” sean presentadas ante el resto del mundo como un ejemplo de lucha, sin tener en cuenta que sus hijos ponían bombas donde morían indiscriminadamente, soldados, civiles, mujeres y niños.
Esta tergiversación de la realidad, más allá del sentimiento incondicional de madre que ya expresara, sin dudas ha influido en mi pensamiento para llegar a buscar, inconcientemente, su contrario, es decir alguien que en los tiempos modernos represente a las Madres de quienes dieron todo por la Patria, de aquellos que murieron en el acto de amor más grande que es el de dar la vida por los demás, por sus compatriotas, por sus hermanos, alguien que represente el amor por sobre todas las cosas. Todas las Madres de Malvinas, sin duda son la muestra más acabada de lo que es una verdadera, auténtica y legítima Madre Argentina. Su espíritu estuvo cada noche en las trincheras de la Patria alentando a sus hijos. Y las que los perdieron, les queda el consuelo de saber que sus hijos junto a ellas han alcanzado la Gloria de Dios.
Desde hace muchos años, más precisamente desde 1982 a la fecha, una Dama Mendocina, una Señora con mayúsculas, madre del primer héroe moderno de la Historia Argentina, el señor capitán Don Pedro Edgardo Giachino, por su voluntad de lucha para continuar la Gesta Gloriosa de Malvinas por otros medios, sin dudas se ha convertido en la más alta expresión del porta estandarte Malvinero.
Su inteligencia, su capacidad para escribir, su inspiración para decir siempre lo justo, la han distinguido a lo largo de 37 años de post guerra por mantener siempre encendida la llama de Malvinas. Siempre el mismo discurso Patriótico y Cristiano que como brújula les marca el Norte a seguir a todos los veteranos y a todos los patriotas que sienten latir con fuerza en sus corazones el espíritu de Malvinas. Ella y sólo ella con altura, distinción y firmeza pone en su lugar a presidentes, políticos y personajes que, confundidos o no, yerran en sus políticas entreguistas respecto de Malvinas, haciéndoles sentir que la sangre argentina que sembró nuestro territorio jamás debe ser olvidada y por el contrario, tenida muy en cuenta como base de la reconstrucción Nacional.
Año tras año he recibido sus reflexiones, sus escritos y sus valientes testimonios. Y hace más de diez, un día, en respuesta a uno de sus correos electrónicos, movido por la emoción que me embargaba y tomándome una atribución que nadie me había dado, decidí dirigirme a ella escribiendo: “Sra. María Delicia Rearte de Giachino, ¡Madre de los Patriotas Argentinos!”…
Imaginando su extrañeza ante mi calificativo, le expliqué que, para mi ella, Madre del primer héroe Malvinero, por su voluntad de lucha, por su espíritu patriótico, por ser un ejemplo de Madre Argentina, era merecedora de representar como Madre, no sólo a los veteranos Malvineros, sino también a todos los Patriotas Argentinos, por aquello de que: “No basta ser héroe en el campo de batalla… las causas nobles y justas se defienden en todo momento, en cualquier lugar y aún a riesgo de la propia vida”…
Esta extraordinaria mujer que transformó la muerte de su hijo en un acto de amor pleno abrazando con pasión arrolladora la Causa de Malvinas que es la Causa de la Patria misma, es un faro de luz en medio de la oscuridad. Es verdaderamente un ejemplo de Madre y mujer luchadora que no se amilana ante nada ni nadie y expresa las verdades con profunda convicción patriótica.
Vayan pues estas líneas dirigidas a todos los patriotas Argentinos, con la firme intención de hacer realidad este título honorífico que propongo para nuestra queridísima Señora María Delicia Rearte de Giachino como “Madre de los Patriotas Argentinos”. Quiera Dios llegue a manos de quien pueda concretar tan merecida distinción.
¡Por Dios y por la Patria!
Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.