3 diciembre 2024

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El adelgazamiento del hielo en la región occidental de la Antártida contribuye a que suba en un 10 por ciento el nivel global del mar, según expertos británicos, que han identificado al glaciar de la isla de Pinos como fuente principal…

Antártida

(EFE).- El adelgazamiento del hielo en la región occidental de la Antártida contribuye a que suba en un 10 por ciento el nivel global del mar, según expertos británicos, que han identificado al glaciar de la isla de Pinos como fuente principal.

Así lo señala un estudio hecho por el Centro Antártico Británico (BAS), el Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty y el Centro Oceanográfico Nacional (LDEO) publicado en el último número de la revista científica ‘Nature Geoscience’.

Como parte de esta investigación, los expertos han utilizado un vehículo submarino no tripulado para llegar hasta la base del hielo flotante y han podido hacer medidas submarinas, que revelan la presencia de una cresta submarina de entre 300 y 400 metros.

El glaciar (río de hielo) de la isla de Pinos llegó a posar sobre esta cresta submarina, que redujo su flujo hacia el mar.

Sin embargo, en las últimas décadas el glaciar quedó desconectado de esta cresta, lo que le permitió transportar hielo a mayor velocidad, de acuerdo con el estudio.

También permitió que aguas oceánicas cálidas profundas pudieran fluir sobre la cresta submarina y quedasen bajo la capa de hielo.

Estas aguas cálidas, atrapadas debajo del hielo flotante, están derritiendo la capa de hielo, lo que está causando un adelgazamiento y aceleración del glaciar, indica la investigación.

Adrian Jenkins, científico del BAS que encabezó el análisis, ha señalado que la investigación plantea el interrogante sobre si la pérdida de hielo responde al cambio climático o es un proceso de largo plazo que empezó cuando el glaciar se desconectó de la cresta.

“No sabemos qué fue lo que inició el retroceso de la cresta, pero sabemos que empezó en algún momento antes de 1970”, agregó.

Ártico

(EFE).- La ola de calor causa una importante reducción de los hielos árticos.

La actual ola de calor que azota Europa está marcando récords históricos en la reducción de la superficie de los hielos en el Ártico, informó el Servicio Federal de Hidrometeorología y Medioambiente de Rusia (SFHMR).

“En junio se ha marcado un récord de deshielo. Si el calor se mantiene -y esto es lo que dicen los pronósticos- en agosto tendremos un mínimo histórico de la superficie de hielos marítimos en el Ártico”, afirmó el jefe del SFHMR, Alexandr Frolov.

Recordó que una situación similar se ha observado en 2007, cuando la superficie a los hielos árticos a finales del verano se redujo hasta los 4,4 millones de kilómetros cuadrados, frente a la norma habitual de 8 millones en verano y 11 millones en invierno.

Entre las consecuencias negativas del derretimiento de los hielos y glaciares, Frolov destacó el crecimiento del nivel de agua en el océano mundial, que puede conducir a la inundación de islas y vastos territorios costeros, a la destrucción de ecosistemas y la desaparición de numerosas especies de peces y animales.

Al mismo tiempo, Frolov indicó que por ahora no hay razones para hacer “pronósticos catastróficos relacionadas con el calentamiento global”, según la agencia oficial rusa Itar-Tass.

“La actual ola de calor no confirma ni desmiente la teoría del calentamiento del clima”, aseguró el experto, quien recordó que para hacer conclusiones en este terreno se requieren observaciones durante al menos treinta años.

Mientras, la prensa afirma que la ola de calor estival sin precedentes que vive Rusia y que los pronósticos prometen que se repetirá en los próximos años, amenaza con el derretimiento progresivo de los hielos perpetuos, que ocupan un 69 por ciento del territorio ruso.

Según el diario “Moskovski komsomolets”, en la zona siberiana del río Yenisei, los hielos perpetuos, de un grosor medio de diez metros, este año ya se han derretido a una profundidad de 3,5 metros, frente a un máximo habitual de 3 metros al final del verano.

En la ciudad de Igarka, al norte del círculo polar ártico, donde los edificios se erigen sobre pilares de hormigón, varias casas presentan peligrosas grietas, lo que ha obligado a evacuar a sus inquilinos, según la misma fuente.

Paradójicamente, en esa zona incluso se vio afectada la estación científica que observa el estado de los hielos perpetuos, pues el hundimiento del terreno ha provocado la desconchadura de las paredes del edificio.