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Compartimos los mensajes y homenajes que nos han llegado a la redacción del periódico por el 2 de Abril.
Roberto Millán, es profesor de artes visuales en el Instituto de Formación Católica Alfredo Bufano de la ciudad de San Rafael Mendoza. Y envia el video en homenaje realizado (en cuarentena) con los alumnos de 2do año (Secundario).
El colegio se declaro hace unos años “Casa del Veterano de Malvinas”, se construyó un monumento en el patio del colegio y desde hace 2 años realizan las Jornadas de Malvinización del Sur mendocino, abiertas a toda la comunidad educativa y regional.
Máximo Luppino, otro lector de el periódico nos hace llegar su mensaje en este 2 de abril y lo publicamos a continuación.
MALVINAS, PERTENENCIA Y HONOR
¡Malvinas, siempre Argentinas! No es una mera frase escrita en las aguas del olvido mundano ¡Malvinas, siempre argentinas! Es un grito sagrado, irrenunciable e indómito del alma del pueblo de la Nación.
La sangre de nuestros soldados derramada en tierra, aire y mar rubricaron ante la historia del universo los derechos genuinos de nuestra soberanía sobre las tan amadas islas. El cuerpo de nuestra patria se encontrará lastimado mientras otra bandera que no sea la azul y blanca ondee en nuestra tierra.
Nuestra Nación no sólo peleó contra las fuerzas invasoras e imperialistas inglesas, también confrontó contra las armas y logística de la OTAM. Esto agigantó la lucha criolla por nuestra soberanía.
La realidad es la manifestación del Altísimo, de la voluntad de lo supremo, de lo que todos sabemos y es que las Malvinas son argentinas. También lo sabe el mundo. El usurpador sostiene su presencia en nuestro suelo gracias al criminal tronar de los cañones.
La argentinidad encuentra en la causa Malvinas un punto de encuentro de sentimientos sublimes. El pueblo nacional jamás renunciará a aquello que le es propio por derecho. Un sin número de resoluciones internacionales sancionadas por las Naciones Unidas sostienen la fidedigna razón que Argentina esgrime en cuanto a los derechos propios sobre las islas.
Nuestros soldados fueron a combatir motivados por el inmenso sentimiento de pertenencia que cada conciudadano edificó en su interior desde temprana edad gracias a la educación brindada por muchas generaciones pasadas. Nuestros combatientes pelearon con singular honor, digno de los más celebres relatos mitológicos del universo. Argentinos que supieron entregar su vida por la dignidad de sentirse libres, de saberse soberanos de sus días y de pisar con orgullo el suelo que DIOS nos regaló.
La vida física puede perderse, pero la identidad del ALMA se nutre del altruismo y del amor al prójimo y a la patria. El ALMA inmortal viajará más allá de los relativos designios del reloj. Leyendo los mandatos del destino que entre todos forjamos, podemos afirmar: “¡Malvinas, Volveremos!” Volveremos para que nuestro Pabellón Nacional reine por siempre en nuestras islas.
Gracias, pueblo Argentino; gracias, Fuerzas Armadas; gracias, soldado, por tu valentía y entrega sin parangón. Nuestros combatientes pelearon por una causa justa, por el bien, por nuestros derechos y, recuérdalo, batallaron y muchos murieron por nosotros.
¡Las Malvinas son argentinas!