Compartir la noticia:
Muy temprano se alistaron los aviones para remitirlos a la B.A.M. San Julián, se repitió la misma escena de cuando desplegaron por primera vez, pero con mayor emoción, pues seguramente estos aviones y sus pilotos, por como se desarrollaban los últimos acontecimientos, entrarían en combate.
La operación de redespliegue se cumplió sin novedad, a seis aviones que replegaron se les sumaron dos más aumentando la dotación a ocho y partieron con rumbo a su Base de despliegue original.
Posteriormente nos enteramos que nuestros aviones atacaron a la flota británica, quedando este día grabado y estampado en letras de oro para nuestra Fuerza Aérea, ya que fue el bautismo de fuego de nuestros aviadores y también la pérdida de un avión y su piloto.
Una vez arribadas las Escuadrillas que habíamos remitido a San Julián, una había sido configurada con bombas y la otra con misiles Shafrir, y quedaron en “alerta 5 minutos”, lo que quiere decir que cuando se recibe la orden de salida lo máximo que se puede tardar en estar en el aire es 5 minutos. También en la Base de Río Grande se ordenaba idéntica operación.
Se ordenó la partida de dos aviones desde Río Grande para una misión de reconocimiento y rastreo del enemigo, a esta altura la flota inglesa ya estaba en las cercanías de las Islas Malvinas. Uno de estos aviones, por falla técnica, tuvo que regresar a la Base; el otro avión siguió su misión, era el C-433 piloteado por el 1er. Ten. José Leonidas Ardiles. Los minutos se transformaron en horas, y al no regresar de la misión, tal vez por razones de autonomía, se lo dió por desaparecido.
Posteriormente nos enteramos que había sido atacado por dos aviones Sea Harrier: uno de éstos lanzó un misil que destruyó al avión y no permitió la eyección de su piloto. Así fue la primer misión del I Escuadrón Aeromóvil M-V y su primera pérdida.
Fue un golpe muy duro para el personal desplegado en ambos Escuadrones y también para nuestra Unidad. Por mi mente pasaban las imágenes del primer vuelo solo de este camarada, a quien lo llamábamos cariñosamente “Pepe”, se destacaba por su amabilidad y cortesía, costaba creer esta pérdida y nos preguntábamos ¿cuántas más tendremos…? Así la Fuerza Aérea y en especial nuestra Brigada perdía su primer piloto, transformándose en nuestro primer “Héroe”.
Simultáneamente en la B.A.M. San Julián se ordenó la partida de una Escuadrilla para atacar a la flota británica. La misma estaba formada por el Cap. Dimeglio, el 1er.Ten. Román y el Ten. Aguirre Faguet, esta Escuadrilla sería la primera que tomara contacto con la flota inglesa, atacándola y obteniendo un excelente resultado, ya que provocaron graves daños a un destructor y averiaron a dos fragatas; al regresar al continente fueron perseguidos por una patrulla de aviones Sea Harrier, pero gracias a la intersección de dos aviones que estaban haciéndoles cobertura de protección, pusieron en fuga a los ingleses.
Las cinco aeronaves regresaron a su Base, de esta forma el II Escuadrón Aeromóvil fue el primero que atacó a la flota enemiga y también el primer ataque de nuestra Fuerza Aérea a otra Nación. Fue nuestro Bautismo de Fuego, que dejó como saldo una enorme tristeza por la pérdida del piloto (1er.Ten. Ardiles) y una gran alegría por haber atacado y provocado daños a la flota inglesa.
Mientras los medios de difusión informaban estos acontecimientos, los aviones ingleses atacaban a las Fuerzas destacadas en Malvinas. Según los comunicados oficiales de nuestro país, se derribaron cuatro aviones Sea Harrier y dos más fueron averiados de consideración, todo ésto producido por la artillería desplegada en las Islas. También detallaban los ataques de la aviación argentina que provocó grandes daños a la flota británica: dos destructores y dos fragatas seriamente averiados.
A nuestra Sala de Situación llegaban los mensajes telegráficos con los detalles de lo ocurrido en ambos Escuadrones desplegados e información en general del conflicto.
Sabíamos que la Fuerza Aérea había perdido dos aviones Mirage M-III, uno de los pilotos se pudo eyectar luego de entrar en combate con un avión inglés y rozarse en vuelo con el enemigo, siendo rescatado por las fuerzas propias. El otro también entró en combate, pero al darse cuenta que su autonomía de combustible era escasa y no le permitiría regresar al continente, intentó salvar el avión entrando al espacio aéreo de Malvinas sin alcanzar a comunicarse con los controles radiales ni la artillería de defensa de la Isla para que desconectara el sistema de tiro que funciona de esta forma: ni bien ingresa un avión en zona de detección de su radar, automáticamente comienza a disparar. Y así este avión fue derribado por haber sido confundido con el enemigo que en ese preciso instante también atacaba.
De los ataques producidos por la aviación inglesa a las Islas, fue destruído un avión IA-50 Pucará en tierra. Además nuestra Fuerza Aérea perdió un avión MK-62 Canberra, desapareciendo sus dos pilotos.
Al finalizar este día, la Fuerza Aérea había pasado por su Bautismo de Fuego y sufrido la pérdida de cuatro pilotos.