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Buenos Aires, 22 de mayo de 2022
Sr. Director:
¡El Santo Rosario es la respuesta!
Desde que comenzara la pandemia por el COVID en la Argentina en marzo de 2020, vengo insistiendo en mis escritos, entre otros aspectos que, así como la misma produjo daños colaterales tremendos que implicaron las pérdidas de incontables vidas, con todas las tristes consecuencias para sus deudos, también produjo beneficios colaterales que nadie había imaginado hasta entonces… ¿Y qué beneficios colaterales puede traer una pandemia que asoló al mundo con sus muertes?, me preguntaban. Y yo respondía, que la pandemia obligó al encierro en los hogares y con él, familias que hasta entonces se comportaban como meras visitas en sus casas, volvieron a descubrirse y a reencontrarse.
En infinidad de casos la pandemia trajo silencio, introspección y reflexión y esa reflexión en familias cristianas se tradujo en volver a rezar el Santo Rosario en familia, es decir, aquello que tantas y tantas veces nos había pedido la Santísima Madre de Dios y Madre nuestra desde su primera aparición hasta la última y que nunca habíamos cumplido tan masivamente a nivel mundial… He ahí desde un punto de vista espiritual, un gran beneficio colateral, dado que, como también tengo dicho y escrito, respecto a que estamos viviendo tiempos teológicos, tiempos de Dios y tiempos apocalípticos, sin dudas que el rezo del Santo Rosario es el arma más poderosa que tenemos los cristianos para combatir el mal.
Y referido a estos tiempos he insistido mucho en como la revolución anticristiana que tiene por objetivos destruir totalmente el orden social cristiano y todo lo que de él se desprende para procurar un mundo sin Dios y sin Patrias, el “sindiosismo”, el que considerará alcanzado cuando haya logrado imponer absolutamente el aborto y la ideología de género en la humanidad y con ello la destrucción de la familia tradicional cristiana.
Es por ello que el mundo hoy, en el 2022, está librando una batalla espiritual, la misma del principio de todo, la del origen, la batalla entre el Bien y el mal, entre Dios y el demonio al cual sirven todos aquellos enrolados en las filas de la revolución anticristiana: la masonería, el satanismo, el nihilismo, el anarquismo, el marxismo, el liberalismo, y todos los cultores del “sindiosismo”, todos ellos convergentes en las políticas del Nuevo Orden Mundial que hoy nos quieren imponer.
A nadie escapa que la anormalidad degenerada del mundo actual que quieren aplicar para lograr aquellos objetivos, hoy está a la orden del día. Y por todos los medios habidos y por haber se nos busca disciplinar en esa contracultura… hoy es muy obvio y no se disimula.
Pero la soberbia del mal desatado tiene su respuesta que muchos todavía no alcanzan a comprender en su debida dimensión. Los cristianos bien formados sabemos que, como dije anteriormente, el Santo Rosario es el arma más efectiva para combatir al mal y el demonio lo sabe… Y en estos tiempos teológicos, en estos tiempos de Dios y también apocalípticos ocurrió que, de golpe y porrazo, en un país de Europa los hombres se reunieron a rezar en la vía pública el Santo Rosario y encima de rodillas. ¡Maravilloso acto de Fe…! Diría Milagroso acto de Fe para ser más preciso, pués no me caben dudas que el mismo no es otra cosa que una acción de la Providencia Divina. Esos Santos Rosarios, son la respuesta de Nuestro Señor Jesucristo y su Santísima Madre, la Virgen María, al mismo demonio y a todo el mal que este pretende instalar en el corazón de los hombres. Es el rezo contra las políticas que buscan la destrucción de nuestras familias cristianas, intentando imponer el aborto y la satánica y masónica ideología de género.
Y por Gracia de Dios, lo iniciado en Europa ha llegado a la Argentina y el próximo 28 de mayo a las 11 horas, todos los buenos hijos de Dios y buenos Patriotas Argentinos que así lo sientan, estaremos ocupando las trincheras de la Plaza de Mayo para rezar el Santo Rosario… Es un compromiso de Honor. En mi caso lo haré pidiendo por el reencuentro de los Argentinos con la Patria Católica y Sanmartiniana.
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva María Reina!
¡Por Dios y por la Patria!
Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.